Hoy tendremos por las calles de
pueblos y ciudades las populares cabalgatas de sus majestades los reyes magos
de oriente, que ilusionarán sobre todo a los más pequeños, que ya desde ese
mismo instante comenzarán a soñar con sus juguetes preferidos y elegidos. La
tarde se tornará en un desfile de carrozas de luces y colores, en una lluvia de
caramelos y regalos que volarán sobre las cabezas de las personas que se
agolpan en las calles y en el regocijo de mayores y pequeños por coger el mayor
número de caramelos y regalos lanzados por los reyes principalmente.
Tras el paseo y aún con las imágenes,
vividas durante la tarde, en la retina de todos, nos iremos a la cama con la
ilusión de que nuestros deseos se vean cumplidos. Es la noche de la agitación,
de la esperanza, de la ilusión, para despertar e ir corriendo a donde años
anteriores dejaron los reyes magos sus regalos. Muchos graban el instante
porque es irrepetible ver las caras de los más pequeños, sorprendidos,
nerviosos, felices, etc.
Este año si que necesitamos que
la magia fuera cierta para que igual ilusión y gozo llegara a cada rincón de
este país maltrecho y empobrecido, para que no le faltara al menos un regalo a ningún
niño y para que no le faltara un lugar donde ir a trabajar pasado mañana a
ninguna persona en paro; porque ha de ser un derecho fundamental tener un medio
de trabajo para poder aportar unos ingresos con los que satisfacer, al menos,
las necesidades más básicas de las familias.
Es deshonroso e indecoroso el
acto de olvido practicado por nuestros gobernantes hacia un gran número de
personas válidas para llevar una vida activa de trabajo, que han quedado en la
cuneta por obra y gracia de las malas políticas que satisfacen los intereses de
un sector europeo, pero que sin embargo tanto daño están haciendo a los
intereses de los ciudadanos españoles y a la buena marcha empresarial del país.
Los reyes también nos deberían de traer un gobierno nuevo o cambiarles el nivel
de conciencia actual e inexistente de nuestros gobernantes, es por eso que esta
noche hace falta magia de la buena, magia real que hiciera posible retornar al
sentido común.
Queridos reyes magos, todavía
estamos a tiempo de que el milagro se produzca, no olvidéis a las familias sin
ingresos ni a los niños que no podrán recibir un solo juguete, pensad en cuanto
os he dicho en este escrito y haced que la noche sea maravillosa para todos sin
excepción. Si no es mucho pedir, por favor transformad las mentes de los que
nos gobiernan, háganles más humanos, más conscientes, que les importen más los
demás, que miren por los ciudadanos a los que deben representar y para los que
deben procurar el bienestar, porque se confundieron y han hecho todo lo
contrario. Os lo pido encarecidamente, dadles un poco de luz para que se den
cuenta de cuan equivocadas son sus políticas y de cuanta desgracia están generando.
Si la magia puede llegar hasta
mí, ya sabéis lo que quiero, eso es lo más importante para mí incluido lo que
os he pedido antes para los demás.
Esperando ver cumplidos todos los
deseos, me despido de ustedes, ¡No nos defraudéis!
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