Cómo es posible que se quiera
tanta guerra, cómo es posible que haya quien se lleve media mañana lanzando
improperios para provocar; de qué tipo de persona estamos hablando.
Cómo se puede confundir pelear
por los derechos con la falta de respeto, la calificación o descalificación, y
como dije antes, la provocación; de qué clase de persona estamos hablando.
Hay personas que engañan mucho
cuando quieren imponer su criterio y no aceptan opiniones diferentes. Hay gente
que piensa diferente, en un momento concreto, y no por ello debe desatarse la
de San Quintín.
Mira que te has esforzado, pero
lo siento, he preferido el silencio a ponerme a tu altura porque en la guerra
todos pierden. Esta vez he optado por la prudencia, tú puedes seguir a lo tuyo.
Lo lamento, este no es buen camino, ya has visto, la tensión era tan densa que
podía cortarse con un cuchillo.
Sería conveniente seguir
observando o analizando lo sucedido, no puedes sentirte tan mal porque haya
personas con otra visión e interpretación de los hechos. No exija lo que no
eres capaz de cumplir, no te involucres más allá de lo que estés dispuesta a apostar.
¿Recuerda qué pasó con la firma de aquel escrito?, todos estábamos de acuerdo y
firmamos, pero alguien no lo hizo, en contra de lo que apoyábamos todos; ¿ocurrió
algo entonces, se enfadó alguien con alguien?, por qué ahora es tan dramático
opinar de un modo diferente, ¿alguien se está jugando la vida o algo por el
estilo?
¿Alguien cree, de verdad, que ha
existido un motivo para estar tan tirantes?, ¿ahora si vale lo de: O estás
conmigo o contra mí? Creo que hay que quitar dramatismo al asunto, suavizar las
formas y cambiar de conducta, porque lo que no se puede es entrar a matar cada
vez que se abre la boca.
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