Un nuevo día, una nueva
oportunidad para que llegue a ser todo lo que me proponga. Las puertas están
abiertas, los caminos están a la espera de ser transitados y la actitud con la
que camine será, igualmente, libremente elegida.
El día comienza y todo puede
suceder, lo bueno y lo mejor, siempre en positivo, para qué voy a perder
tiempo, si puedo ganarlo. Construir en lugar de destruir, amar en lugar de
odiar, si es muy sencillo, es cuestión de elegir voluntariamente y conscientemente.
Hago cuanto puedo, por lo que mi
conciencia está tranquila, no hago daño, conscientemente, a nadie, ni siquiera
tengo el propósito de ello. Lo cual no quiere decir que no reclame lo que
considero es mío y principalmente, mi espacio vital; este no lo cedo fácilmente,
claro uno no es del todo perfecto.
No convertirme en lo que otros
esperan y desearían, no es mi problema, yo no vivo para cumplir sus objetivos,
sino los míos. El problema lo tiene el otro, que trata de condicionar mi vida,
a lo que solo estoy dispuesto a aceptar en parte, en aquella porción lógica
para mí. El resto, lo llamo manipulación o intromisión de la otra persona en mi
camino y por eso lo considero un problema del otro.
Lo que hay es lo que hay, lo que
ven y no hay más. Aquí no hay historia raras ni oscuras, aquí no hay un sin fin
de horas o días de comeduras de coco, tramando no se qué plan para joder a
nadie ni nada por el estilo. Si hay una exigencia personal de responsabilidad y
de compromiso en todo lo que decido hacer.
Es posible que haya personas que
se afecten y lo lamento, todo se disolvería si nos viéramos desde adentro.
Podría ser si nos dedicáramos un tiempo a conocernos más y a juzgarnos menos,
que ni nadie es tan bueno, ni tan malo. Sobre todo me paro a observar este
último extremo, y pienso que lo que hay es demasiada carga que no eres. Lo que
me muestras no eres en realidad, no lo eres en el fondo, es adquirido,
aprendido, vivido y adosado como pantalla o escudo. Tu eres mucho más allá,
mucho más hermoso/a, eres tan increíblemente bello/a, que no puedo dejarlo
pasar, tengo que mirar ahí, tengo que verte, descubrirte a ti.
Soy soñador, sigo siéndolo y
posiblemente lo seré por los siglos de los siglos, hablo en términos de soñar
porque estoy poco acostumbrado al trato reciproco. Cuesta mucho ver, encontrar,
dar, recibir y sobre todo amar, vivir amando siempre. Algo natural, que todos
somos aunque lo enmascaremos.
El despertador está a punto de
dar la orden para comenzar las obligaciones, así que no tengo más remedio que
seguir su consejo y poner fin al deleite de escribir. Les deseo un feliz día.
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