Ayer las redes
sociales echaban chispas contra Ana Botella por haber permitido la venta de
miles de viviendas a fondos buitres y, lo que es peor, haber dejado en la calle
a miles de familias. Ya sabemos cómo han funcionado los famosos fondos buitres,
comprando un lote de viviendas a precio de saldo y subiendo mucho los
alquileres a los inquilinos, con el objeto de que no pudieran hacerle frente y
tuvieran que dejar las viviendas y poderlas vender de nuevo a precios mucho más
elevado.
Según
indicaban en las redes Ana Botella y algunos más que colaboraron en este chanchullo
económico, que vaya usted a saber cuánto la haya reportado a sus autores, han
sido condenados con una sanción de veinticinco millones de euros. A pesar de
ello, me sabe a poco, es totalmente insuficiente e injusto desde mi sentido
común, porque me pregunto: ¿cómo van a resarcir a las personas que perdieron
sus viviendas, que se quedaron en la calle?, a ellas también hay que pagarles
de algún modo, hay que indemnizarlas de alguna manera, y esto debe calcularse y pedírsele, también, a los
malvados especuladores, a los que vendieron y a los que compraron. La ley debe
contemplar estos extremos, la ley está coja en estos asuntos, hace unos días le
monté un termo eléctrico a mis padres, una operación sencilla cuando las
condiciones son las adecuadas, pero si te encuentras que el fontanero debió ser
un chapuza y dejó una tubería metida en la pared pero suelta, y la toma ni
siquiera asoma del azulejo, empezamos con los problemas. Monto el termo y
cuando está cargado de agua lo conecto a la red eléctrica y el piloto que debe
indicar que está trabajando, no enciende; ya se deben estar preguntando qué tiene
que ver este asunto del termo con Botella y los pisos, pues tengan paciencia y
comprenderán que voy al extremo de la ley que no nos ampara a las personas
perjudicadas. Lo que rige en mi cabeza, el sentido común me dice, el trabajo
está correctamente hecho, el termo no va al cien por cien, pues debo llamar al
comercio y que ellos me lo solucionen, se hagan cargo de cambiarlo y dejarme
uno funcionando bien, pero eso no es así, o te aguantas con el averiado y va el
servicio técnico a verlo y repararlo, o te encargas de desmontarlo, y vuelves a
montar el que te entreguen a cambio. ¿Cuál es la responsabilidad para un
comercio que vende un aparato o una máquina en mal estado? Yo ya hice el
trabajo, y no debo tener que hacerlo de nuevo, porque es responsabilidad del
fabricante de ese producto que vende ese comercio, pero en ningún caso es
responsabilidad del cliente, a menos que se pueda demostrar que existió un mal
trato o una negligencia en el montaje o en el uso posterior. Todo esto lo entiendo,
pero en muchas ocasiones no sucede nada de eso, sino que el producto es
defectuoso. Ya sé, nos queda la garantía, pero da coraje comprar algo y tener
que quedarse con algo que no nos satisfizo desde el comienzo.
Volviendo a la
actividad inmobiliaria de la política Botella y sus secuaces, todos ellos deben
hacerse cargo de la situación particular de todas esas personas que se hayan
visto perjudicadas a consecuencia de las ventas de sus viviendas y el
incremento injusto de sus alquileres. Todos los que puedan demostrar, todos los
que fueron arrojados a la calle, o todos los que tuvieron que aceptar peores
condiciones habitacionales, deberían correr por cuenta del clan mafioso de la
vivienda. La fiscalía les debiera mirar con lupa sus inversiones y sus cuentas
bancarias, en un intento por descubrir si fueron comisionados por ese acto de
insensibilidad y crueldad que se cometió con miles de familias. De nuevo el
poder del dinero “aniquilando” en un genocidio social a miles de ciudadanos y
ciudadanas. Por eso digo que la ley se queda corta, no llega, o sencillamente
ni están contempladas esas situaciones para completar el castigo de quienes
juegan con la vida de las personas.
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