En esta España nuestra hay
demasiado ruido, demasiada provocación y demasiada inacción en todas
direcciones. ¿A qué viene lo de hacer un Consejo de Ministros en Cataluña, o
una campaña vacía contra la prostitución, enmarcada dentro de la no violencia
contra la mujer, el abuso o el deseo de poner fin a la trata de mujeres? Lo
primero es provocación dura y pura en la situación actual de crispación y
forcejeo entre la Institución catalana y el Gobierno central de España, o se
habla en firme con ellos y se dejan de mensajitos y voces discordantes, o se
les deja votar con todas las
consecuencias, o se cierra el asunto de una vez. No podemos estar día
sí, y día también, rumiando y escuchando la musiquilla y las amenazas en ambas
direcciones… esto no puede seguir así porque el asunto va a terminar mal; pero
que Gobierno no arrime más gasolina al fuego, porque en lugar de apagarlo, lo
va a avivar. Os podéis reunir en la Moncloa, en el Congreso, que supongo es
donde habitualmente se reunís, a qué viene esta excursión que pretendéis hacer
el próximo día 21.
Ahora pasamos a la incoherente y
falsa campaña de defensa de la mujer prostituta. Ustedes no están defendiendo a
nadie, ustedes son conscientes de lo que está sucediendo y permiten que la
prostitución no sea un empleo con garantías y regulado como cualquier otro.
Ustedes no van a acabar con ningún abuso, porque sus inspectores, que yo sepa,
no acosan a los empresarios con clubes de carreteras, irregulares en cuanto a
contrataciones, que ustedes no cierran. Esos establecimientos siguen con sus
puertas abiertas, en los que hay cantidad de mujeres prostituyéndose sin que
las fuerzas de seguridad, a las órdenes de los correspondientes jueces, cierren
ningún local de estas características. ¿Han revisado las condiciones de trabajo
de todas esas mujeres?, ¿se han entrevistado con todas ellas, han investigado
para conocer la realidad de su situación social y laboral?, ¿saben si están “secuestradas”
o, ejercen porque quieren hacerlo?, ¿por qué una persona que desea vivir de las
relaciones sexuales no lo puede hacer?, tal vez para algunas personas sea un
modo de vida que le guste, quiénes somos los demás para juzgarles. Si el
colectivo pide que se regularice, lo más sensato es normalizar su situación, un
horario establecido, un salario mínimo, unas condiciones decentes y exentas de
peligro, garantías… como sucede con el resto de actividades laborales, ¿por qué
no?
Ustedes no pueden hacer una
campaña de aparente protección de las mujeres, y en este caso particular de las
prostitutas, pero ignoran sus obligaciones de velar para que nadie esté
explotando a otras personas, las estén drogando para que hagan jornadas de
trabajo interminables, las estén exprimiendo, empobreciendo, maltratando,
vejando, etc. Ustedes permiten que todo eso suceda en la cantidad de clubes que
ustedes mantienen abiertos y no inspeccionan a fondo, al tiempo que maquillan
su irresponsabilidad con campañas publicitarias que suenan bien pero que es
humo. No hay verdadero interés de acabar con nada, es solo lenguaje político,
al que tanto nos tienen acostumbrado. Menos campaña publicitaria, menos
propaganda y más acción.
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