De nuevo a un solo día de
Nochebuena y los comercios se llenan de productos atiborrados de azúcar, pero
dirán: “es una vez al año, es tradición”, y claro, las autoridades
acostumbradas a mirar para otro lado cuando se trata de entrometerse en asuntos
empresariales, no ven esos productos como nocivos o poco sanos para la salud
humana. Las estanterías de los comercios tienen cantidad de productos que le
invito a leer sus etiquetas, comprobarán que el cincuenta por ciento, o muy
próximo a él, es azúcar… ¡muy sano en Navidad! Como es Navidad, no se mira
cuanto se vaya a empeorar la salud de la gente, tampoco el gasto sanitario es
prioritario en esta fecha del año. Suele ser un justificante arrojadizo según
qué intereses en temas de normas de circulación, alcohol o tabaco, pero el
azúcar y los abusos alimenticios de estas fechas no se tienen en cuenta porque
es Navidad.
Seguramente habrá alguna forma de
endulzar los productos navideños por vías naturales, quizás con buena stevia,
pero nadie vigila por la salud de la ciudadanía; es más fácil evitar la confrontación
con los que venden el cincuenta por ciento de azúcar como producto
manufacturado. A parte de la bomba dulce, habrá cantidad de esos mismos
productos que no se privan tampoco del añadido de sustancias extrañas al
alimento, o sea, colorantes, saborizantes, conservantes, etc…, es por añadirles
un poco más de salud.
Mientras nos van matando poco a
poco y no solo en esta época del año, sigamos cantando villancicos y tocando
las panderetas. ¡Viva el vino, la cerveza, los licores azucarados y atiborrados
de alcohol… vivan las fiestas! De nuevo, qué más da, si solo son dos meses al
año tomando de estas porquerías. El resto del año tomamos de las otras porquerías
que suelen estar permitidas y depositadas en todas las estanterías de todos los
comercios. Botes y latas de alimentos mezclados con toda clase de sustancias
ajenas a las carnes, a los vegetales, a los huevos o a las frutas. Es un crimen
organizado que, seguramente, nos acortan la vida, pero dirán los gobiernos que
tienen derecho a vender sus porquerías porque dan puestos de trabajo. Con lo
fácil que es fijar lo que se debe y no se debe hacer, y que yo sepa es un
problema exclusivamente comercial, se busca el consumo, la venta, porque sin
los añadidos artificiales los productos no podrían estar en buen estado durante
semanas en las estanterías de los comercios. Ese es el único problema, es un
tema de venta, porque si los productos fueran naturales se estropearían mucho
más rápido y los tenderos no comprarían cantidades, lo harían más
ralentizadamente y ajustada a su venta diaria real. De esa manera, las fábricas
servirían menos cantidades, su producción sería menor, también sus ventas y,
por tanto, menores sus beneficios. De nuevo se pone de relevancia que todo gira
alrededor del dinero, incluso, por encima de nuestra salud, ya sé que los
productos podrían ser más caros, quizás las fabricas emplearan menos personas,
pero por qué no podemos suponer que pudiera existir otra estructura empresarial
o comercial y que todos tuviéramos trabajo.
La Administración pública, que somos todos y no es nada ajena a nosotros, no
soluciona el problema fundamental del desempleo porque no quiere, una vez más,
entrar en confrontación con los empresarios. Si estos no solucionan el tema, es
la Administración, que somos todos, los que debemos procurarnos el trabajo y no
digo que nos hagamos todos autónomos, hay muchas formas, podemos implantar fábricas
para darnos trabajo a nosotros mismos, pero de momento las autoridades miran
para otro lado.
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