Andan todos en el quítate tú, que
me pongo yo. Es la tónica general de todos los partidos políticos. Es la
carrera por la Moncloa, es la oportunidad que tienen de percibir una mayor
subvención y de colocar a los suyos. Es la imagen democrática que tienen todos…
llegar para mandar, para imponer sus ideas sobre las de los demás, es la de
dictar cómo hemos de vivir a ser posible sin intrusos, o sea, con mayoría
absoluta, el sueño de todas las formaciones que tiran de la manta para un lado
determinado y por su conveniencia.
Ya lo he dicho en otras
ocasiones, en el Congreso faltan diputados, todos aquellos que habiendo sido
votados no tienen representación en el hemiciclo. Falta color, falta
diversidad, falta representación de aquellos españoles que votaron partidos
minoritarios, falta democracia. La política de las mayorías es injusta con las minorías,
las aplasta, pasa por lo alto, las anula, las ignora, no le deja su espacio, no
deja que se pueda expresar. Son españoles anulados e ignorados, la ley lo
permite, lo permiten todos los que sí llegan al Congreso. Están de acuerdo en que
esto sea así, esta es la democracia que han establecido, este es el poder que
algunos se han dado para sí.
Las minorías tienen algo que
decir como el resto de los partidos, aunque lo hagan con menos diputados, pero
hay que oírles, tal vez abran vías que otros no ven o propongan algo que otros
no se atreven a poner sobre la mesa. Cualquier ley del país debe ser
suficientemente flexible como para poder cambiarse en cuanto se decida y haya
necesidades de regular nuevos aspectos, o los que hay haya que modificarlos.
Los diputados no pueden dejar de
mirar a la ciudadanía, tienen que estar continuamente observando las
necesidades y los cambios que se den en la sociedad. Los diputados tienen que
aparcar su competición privada por los votos y su deseo de poder, para servir
adecuadamente e íntegramente al pueblo. Es este el que debiera ser el único
motivo de ocupar un cargo público y no un medio de vida, que es lo que es para
una gran mayoría de políticos y políticas. Muchos y muchas, viven de la
política, se convirtieron hace años en profesionales del debate y el insulto,
del show parlamentario, pero no resuelven nada, los asuntos fundamentales como
el desempleo, la delincuencia, la corrupción, etc., están enquistados en la
sociedad y dentro de las Instituciones. Pasan los años y seguimos casi igual,
continúa el desempleo, la delincuencia y la corrupción entre otras formas
inaceptables de acciones que vulneran la ley y perjudican al colectivo.
Seguimos a la espera de que
lleguen otras conciencias a la dirección del país. Es necesario que haya
personas que antepongan el bienestar general al suyo personal, al de su gente y
al de sus partidos. La sociedad es pobre en honestidad, en justicia, en
integridad, en respeto por los demás. Se necesitan hombres y mujeres que aporten
de todo esto, pues mediocridad ya tenemos para dar y regalar… hace falta un
cambio de rumbo hacia el desarrollo de los aspectos y condiciones humanas. Es
posible, para ello hay que focalizar la educación y el aprendizaje en el fondo
y no en la forma; hay que viajar hacia el interior, hay que parar para oírse,
para comenzar a despertar, para acrecentar la conciencia y amar a los demás.
Sin este trabajo tan necesario, veremos pero seguiremos ciegos.
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