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Es evidente que con lo que voy a escribir no trato de culpar a todos los habitantes de Israel, sobre todo a las personas pacíficas, que hacen uso del sentido común y que tienen un mínimo de humanidad. Pero tampoco podemos levantarnos con la primera noticia que dan los medios de desinformación y manipulación masivos, diciendo que Israel, como si los palestinos fueran conejos o muñecos para hacer puntería, les espera cuando hacen colas para alcanzar algo del poco alimento que les conceden, para arrebatarles la vida, ¡Eso es una infamia! ¡Es un asesinato y un genocidio en toda regla! Todo el mundo sabe lo que está sucediendo en la franja de Gaza, todos sabemos cómo Israel ha pisoteado desde siempre el territorio de Palestina, cómo ha tratado de ir arrinconando al pueblo palestino, y cómo lo está destruyendo, eliminando, y las palabras son duras, pero los hechos mucho más, es algo sin precedentes, si no nos remontamos a lo que los nazis alemanes hicieron con ellos en los años cuarenta.
Han pasado ochenta años, pero algunos no han aprendido nada, no han sacado conclusiones y repiten el modelo criminal, salvaje, deshumanizado y de eliminación de parte de la humanidad por el poder que les otorga sus santos huevos y la pasividad del resto de Estados y países del mundo, que callan como borregos, como vacas estabuladas, como perfectos pelotas de un pueblo que conserva una gran amistad comercial y de intereses con EEUU y, tal vez por eso, todos tienen que besar la mano del santo, en este caso del asesino.
Los que tengan poder han de hacer algo, esto no debió continuar, no es que no deba continuar, sino que nunca debió llegar hasta esta aberración, hasta esta aniquilación mortal de un pueblo casi en su totalidad. Es un echarles o morir, por cojones. El resto de los gobernantes mundiales han de ser seres insensibles, criminales, puesto que no mueven ni un dedo, en una posición que les convierte en cómplices perfectos, igual de asesinos que el que está dando las ordenes para la eliminación de palestinos sin tener en cuenta edades, sexos, derechos, etc. ¡Ojalá caiga todo el peso de la ley Divina, si es que existe, sobre todos los que deciden el mal para su prójimo! No obstante, aprovecho para compartir la dudosa existencia de algo superior, que como nos enseñaron tiene el control de lo que sucede en el mundo, pues de lo contrario, irremediablemente, tengo que pensar que también ese ser no es excepcional sino cómplice de genocidio, también. ¡Este mundo, en manos de los bárbaros que lo comandan, es una puta mierda, como todos ellos!
Seguiremos...
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