Los dineros que los políticos nos obligan a pagar, deben ser para aquellas áreas que necesitan se invierta en ellas por el bien de todos. Yo salgo una par de días en semana con un amigo a recorrer algunas carreteras en moto, estamos jubilados y es una de nuestras aficiones, pero es que conducir en moto se está convirtiendo en un peligro, cuando no una incomodidad, a veces insoportable. El pasado sábado 27 de septiembre decidimos recorrer un tramo que nos habían dicho era fabuloso para ir en moto, se trata del tramo que va desde Las Navas de la Concepción, pasando por San Calixto hasta Ojuelos Altos. Efectivamente lo era, una carretera sinuosa, tranquila, con buen firme... ¡maravillosa para tal fin!
Sin embargo, salir de Ojuelos Altos, como he relatado en el escrito de la ruta en sí, nos llevó por confusión a adentrarnos en una carretera que engaña, que comienza con buen firme, pero que a pocos kilómetros empieza a empeorar hasta tal punto que no hay firme, está desaparecido, es una continua sucesión de cráteres que te deja la espalda hecha mixtos, pulverizada, y a esto no hay derecho. Ni siquiera se habían molestado en cerrarla al tráfico, es una auténtica vergüenza, es impracticable, no se puede conducir por ella, y no es corta, tiene una longitud cercana a los cincuenta kilómetros, además vas con la esperanza, o bien de que se pueda enmendar en cualquier momento, o de que aparezca una desviación, pero no, es continua, va rodeando un parque natural, tenía la sensación de haber caído en una trampa.
Hablo de la carretera que va de Argallón a Alanís, es la A-447... ¡Ándense con cuidado!, no caigan en la trampa, comienza bien, pero es un auténtico martirio, te vas a acordar de todas las autoridades responsables del área de carretera durante al menos dos horas o más, que es el tiempo que necesitas para dejar atrás aquel infierno. Es entonces cuando los pensamientos abordan tu cerebro, no comprendes que haya carreteras en tal estado de dejación, pero no desde hace un par de años o tres, sino desde hace veinte, por lo menos. Es entonces cuando te das cuenta que tú pagas tus impuestos en las fechas que te indican, por los importes que te comunican, que los ciudadanos sí cumplimos, pero que son los políticos los que no saben gestionar, los que no emplean nuestros dineros para aquello que realmente es necesario. No se puede poner en riesgo la vida de las personas, no se puede jugar con la comodidad, nos merecemos que todo esté al día, tal como nosotros respondemos con nuestro esfuerzo y nuestro dinero. Pagamos al día, queremos servicios al día, y eso quiere decir que las carreteras han de estar al día, o sea, siempre en perfecto estado para ser transitadas sin peligro. Los moteros nos encontramos con cantidad de situaciones de riesgo para nuestra integridad, grietas, socavones, o como en este caso carreteras intransitables e inexplicablemente abiertas al tráfico. ¡Recuerden, no transiten por A-447! ¡Denuncien a la Junta de Andalucía todas aquellas vías que supongan peligro o estén en mal estado por dejadez de los políticos!
Mantener los servicios al día significa que se invierte en ellos conforme lo requiere la situación de demanda ciudadana, igual en sanidad, igual en empleo, en vivienda, en todas las áreas. Y gestionar bien, es saber encontrar el equilibrio entre demanda ciudadana y adecuado dimensionamiento de los servicios públicos. Hablan de multar a las personas que viajen solas en un coche, pues que pongan el servicio público gratuito y que lleguen a las paradas con una frecuencia que no haya necesidad de coger los vehículos propios... ¡así sí! Que cuando vayamos a un hospital por una urgencia, sea ir llegando e ir atendiendo a los enfermos sobre la marcha. Que cuando una persona vaya a su médico y éste necesite derivarla a un especialista, ese mismo día sea visto por el especialista. Solo se trata de hacer una cadena bien orquestada, y con el número suficiente de personal sanitario, para que eso suceda como se describe. Eso requiere inversión, claro que sí, pero si los políticos pulverizan el dinero en putas, cachondeos, en financiar ilegalmente sus partidos, en comilonas, en drogas o enriquecerse ellos mismos, y todo lo pretenden hacer con nuestros dineros, pues a la hora de la verdad, los servicios públicos son deficitarios por falta de inversión en éstos.
Seguiremos...