Sí, de hoy mismo, he llegado a casa, le he cambiado el agua a mi perra Sanga, me he metido en la ducha para refrescarme, y aquí estoy frente a la pantalla de mi ordenador, con ilusión de compartir cómo ha ido esta nueva ruta. Nueva por decir algo, puesto que ya hemos troteado casi todas las carreteras en un radio aproximado de ciento cincuenta kilómetros desde Sevilla. Lo que sí es cierto es que cada ruta tiene sus propias anécdotas o situaciones, que enseguida comparto con vosotros.
El miércoles pasado también salimos, solo que no quiero ser un papagayo por aquí, y unas las cuento, otras no. Fuimos a Alanís, donde tomamos churros de un puesto itinerante de un matrimonio mayor que hace tal labor los miércoles en esa localidad. Churros, descafeinados y batidos de chocolate en el bar de enfrente, y una despedida de unos señores mayores que estaban sentados en unos bancos cercanos al puesto de churros... se atrevieron a decir que éramos mayores para ir en motos, sobre todos motos de cierto volumen, pues ese día el amigo Antonio Calero llevaba su Honda Paneuropean de 1300 CC. Antonio les dio una clase magistral de los carnets que hacían falta para conducir motos, y nosotros nos quedamos convencidos de que aún somos jóvenes, o nos sentimos jóvenes, para seguir disfrutando de esta actividad tan estupenda. La anécdota del miércoles fue que nos cruzamos con un coche turismo que insistentemente nos ponía las largas, yo diría que lo hizo hasta en diez ocasiones, y me alarmé, pensé que estaría la Guardia Civil, metralleta en ristre detrás de cualquiera de aquellas curvas, pero de repente lo comprendí, frené de inmediato y comencé a hacer señales para que los vehículos que me seguían, se detuviesen. Así fue, estábamos todos detenidos, un gran ciervo, con una inmensa cornamenta se hallaba erguido, sereno y con la vista fija en mí. Nos separaban unos veinte metros, y me cagué..., se me pasó por la cabeza que aquel animal podría asustarse de pronto, embestirme, y no sé cuantas cosas más me invadieron. De repente comenzó a moverse pausadamente, y como si se hubiera apercibido de que no había peligro en cruzar la calzada, dio tres zancadas y se situó en el otro margen de la carretera, descendió, pero quedó allí retenido por la cerca de la finca que llegaba hasta la vía. Aprovechamos, y comenzamos a circular, pero os confieso, que a la vuelta el señor ciervo no se me quitaba de la cabeza y pensaba que en cualquier tramo podía volver a salir, y me cortó el rollo, como dicen los modernos.
Hoy hemos llegado a Cazalla de la Sierra a comer los churros de Manolín, que el hombre falleció hace diez años. El negocio lo continúan sus hijas, pero como era la reseña que nos habían dado: "Cerca de la Peña bética, churrería Manolín". Preguntamos a la primera persona que transitaba cerca de donde estábamos aparcando las motos y, casualmente, la churrería estaba a escasos cien metros... ¡Eureka! - Churros para dos, por favor - Y en el bar La gallina nos tomamos las bebidas que acompañaron a bajar esos formidables churros.
A las 8:30 h salimos de la urbanización por A-4 dirección Córdoba, para tomar la salida 521, acceder a la vía SE-3105, llegar a la urbanización Pradollano y girar por A-462 dirección Brenes. Antes, en la rotonda que indica hacia Los Rosales, carretera A-8005 avanzamos hacia la desviación Cantillana-El Pedroso por SE-3101. Por A-432 llegamos hasta El Pedroso, y de ahí a Cazalla de la Sierra.
Hemos sufrido el firme irregular de la carretera SE-179, que en lugar de asfaltarla, que falta le hace, la han parcheado, pero ahora se plantea el dilema de por dónde tomar con la moto, por el parcheado nuevo, gris oscuro, o por la parte no parcheada... ¡Todo está igual de malo! Hemos terminado medio descoyuntados, nos hemos acordado de todos los que debieran emplear el dinero en evitar accidentes, y en asegurar la comodidad de los ciudadanos, pero hay lo que hay, y la carretera es una vía en la que no puedes dejar de dar botes, aunque estés pidiendo a todos los santos que aquel martirio terminase. Por SE-179, por la vía super bacheada, llegamos al embalse El Pintado, hicimos varias fotos, seguimos dando botes en las motos, y cuando parecía que la carretera se ponía mejor, una vez hubimos tomado hacia Almadén de la Plata por SE-177 comienzan a venir en dirección opuesta a la nuestra, por una carretera estrecha, rota en los extremos de la vía, varios coches de rally, que debieran estar entrenando: Ruido ensordecedor, velocidades inapropiadas, circulando, en ocasiones, tomando hasta un metro de nuestro carril, así que en algunas curvas nos la veíamos y nos la deseábamos. Salí de la carretera en un espacio más abierto, de tierra, y llamé al 112 para ponerlo en su conocimiento, pues tal situación podía poner la vida en riesgo de cualquiera que se encontrara de frente con esos conductores... ¡No entendíamos por qué ocupaban un espacio público para realizar un entrenamiento!, que es como lo llegamos a interpretar.
Por la SE-5405 hemos llegado hasta Castilblanco de los Arroyos. Por A-8013 hasta Burguillos. Por A-460 a Villaverde del Río. Por A-462 llegamos a Brenes, la atravesamos, zona de adoquines para dar algunos botecitos más, y de nuevo por SE-3105 pasando por las urbanizaciones Pradollano, El Corzo, La Celada y Camposol, alcanzamos la A-4 a escasos tres kilómetros de nuestra urbanización, y ¡voila!, de nuevo en casa, experiencia a la mochila, más gustito para mis orejas, como cantaba Raimundo Amador. ¡Un placer Antonio haber compartido estas rutas! ¡Dios le guarde muchos años!, creo que era algo así como se despedían en las misivas antiguamente.
Seguiremos...
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