PREVIO NUEVA ESCAPADA MOTERA

 

    Ayer, los incansables riders: el amigo Antonio y quien escribe, acordamos salir esta mañana hacia Santa Olalla del Cala, y si no sucede una causa mayor, como se suele decir, a las nueve arrancaremos con tal destino. 

    Nosotros lo tenemos tan fácil como si uno dice algún lugar hacia donde ir, el otro suele decir: ¡Vale!, no así con el resto de componentes del grupo que tenemos creado para ponernos de acuerdo y darnos esos homenajes moteros, como sabéis, tratando de andar cuanto más mejor por carreteras secundarias y por vías que transiten alguna sierra. Nos gustan sus vistas, sus fragancias, su silencio, la libertad de ir en motos, el placer de tomar curvas, de enlazarlas en una suerte de Vals, las conversaciones que nos acompañan, lo ameno que se hace todo el recorrido, cuanto se fomenta nuestra amistad... ¡Lo vivo que nos sentimos!

    Me he levantado temprano, como siempre, he recogido la cocina de los tiestos de la cena de la noche anterior, le he cambiado el agua a Sanga y le he puesto su ración de comida de la mañana. No he podido sacar la basura, por el momento tengo perdidas mis llaves, no las encuentro, ya he mirado en los lugares donde creía podían estar, pero me equivoco, no sé qué he hecho con ellas. He puesto mientras tanto el intercomunicador del casco a cargar, también el inflador por si tengo que repasar las presiones de los neumáticos. Después viene la revisión de los niveles de la moto: aceite, refrigerante, presión de las ruedas y nivel del depósito de la gasolina. Repongo lo que haga falta y listo para rodar, la moto se quedó lavada ayer. 

    También desayunaré mis garbanzos con mi huevo duro, tomaré un vaso de colágeno con magnesio y vitamina C para mis articulaciones, que ya toca cuidarse a esta edad. Sacaré a Sanga para que corra un poco junto a la bicicleta y ya me podré marchar tranquilo. Hoy Aurori teletrabaja, lo que me da mayor tranquilidad, no tiene que desplazarse, no se queda Sanga sola, así que es el día perfecto para la escapada en moto. Pues así son los días que hay salida, y esos son los previos a la misma. Como sabéis, salimos miércoles y sábado, el resto del grupo solo ha salido una vez, nosotros llevamos cuatro años haciéndolo. En esos cuatro años he rodado casi cincuenta mil kilómetros, de lo que me siento orgulloso, pues yo no he sido motero de carretera, lo he sido toda mi vida de motos de campo: enduro y trial. Me costó perder el miedo a integrarme en el tráfico, en el caos de la gente que cambia de carriles, a veces, sin poner intermitentes, los que van distraídos con el móvil mientras conducen y el coche se les va hacia un lado y otro de un modo involuntario, los que frenan de pronto, los que no dejan de hacerlo sin causa aparente, etc. Ahora me siento uno con mi moto, la conozco, sé cuál es su rendimiento, su aceleración, casi sus limites, y la disfruto muchísimo. Tengo una pega, su amortiguación, su escasa amortiguación, es una scooter, quizás no se le pueda pedir más, pero es una amortiguación dura, segura en curvas, pero te llevas todas las irregularidades de la vía. Ya os contaré cómo nos vaya en la salida anunciada para dentro de un rato. ¡Que tengan un feliz día!

    Seguiremos...