El Gobierno acaba de reaccionar
contra la práctica de los scraches, les molesta y amenazan a los ciudadanos que
la ejecuten. Hay un par de cosas que quiero aclarar, desde mi punto de vista,
una de ellas es que de nuevo por el poder que ostentan, ante lo que ha significado
desde hace años la pasividad ciudadana, prohíben que los ciudadanos se
manifiesten como les vengan en gana. Una segunda vertiente del tema, y yo
personalmente no estoy de acuerdo, es la protesta ruidosa, llena de insultos,
festiva, tamboril, llena de voces, llamando a las puertas y timbres de unas
familias, donde además del político viven su mujer e hijos. Con esta segunda
actuación no estoy de acuerdo, y creo que es donde la plataforma de afectados
por la hipoteca ha perdido la partida.
Ahora se agravan las cosas, pues
según he entendido, no dejarán acercarse a los manifestantes, a menos de 300
metros de las casas de los políticos sobre los que desea volcar la protesta.
Sin embargo, si la reclamación se hubiera efectuado desde la presión de una
presencia silenciosa, con pancartas reivindicadoras, frente a los domicilios,
siempre manteniendo el respeto, pero recordándole a diario en las entradas y
salidas lo mal que lo hacen, y lo vendido al poder monetario que se encuentran.
A la larga hubiera dado sus frutos.
Todas las acciones han de ser
continuadas en el tiempo, pero sin perder las composturas. Ellos son como son,
ya están bien definidos por sus actos hipócritas, cínicos y de ignorancia hacia
los ciudadanos. Pero nosotros tenemos que actuar, romper la pasividad a la que
me refería al principio del escrito, luchar por nosotros, por lo que de verdad
interesa a la población. Nosotros no entendemos del déficit europeo, del juego
político, de cuentas en Suiza, y de todos los tecnicismos económicos, pero lo
que si entendemos es de que nuestras vidas no pueden estar condicionadas por
tanta delincuencia, sobre la que el Gobierno no legisla con la misma agilidad
que cuando sus miembros se encuentran presionados.
Ciudadanos, movámonos, contactemos
con grupos cercanos que deseen luchar por conseguir un mayor bienestar, por
reclamar una justicia digna, unas condiciones de trabajo aceptables, por crear
una sociedad más humana, y sobre todo una sociedad que abandone los caprichos
del poder monetario. Hagámoslo nosotros cuanto antes, porque los políticos no
van a hacerlo y nos llevan a la ruina. Después se retiran en las mejores
condiciones posibles dejando el país con una mano atrás y otra delante,
totalmente hipotecado para varias generaciones, mientras ellos se marchan con
cuentas millonarias e innumerables inmuebles.
Ante esto, insisto, hay que ser
más activo, dedicar un poco de nuestro tiempo para ayudarnos nosotros mismos.
Agruparnos, tengamos la ideología que tengamos, como ciudadanos capaces de
asumir nuestro destino. Todos juntos exigiremos nos sea devuelto el poder que
la falsa democracia nos ha sustraído.
No importa en que asociación
colaboremos, puesto que es obligado que posteriormente todas las asociaciones
hagan causa común, y se apoyen conjuntamente para tener una mayor presencia
cada día. Este es solo el camino que vislumbro para que podamos respirar el día
de mañana.
Los políticos tienen que dejar de
esconderse y respaldarse tras los votos concedidos, pues a ellos se les eligió
para gobernar según un programa incumplido, y por supuesto para que sacaran
esos 3.000.000 de puestos de trabajo que iban a poner sobre la mesa en cuanto
estuvieran gobernando, y que tras un año y pico, no solo no los hemos visto,
sino que se han perdido más de 2.000.000. Este es un ejemplo de cómo nos está yendo
con lo que tenemos, así que convecino es hora de actuar.
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