Qué culpa tienen los animales de
tener una vida, para que llegue un hombre y se la arrebate. Cómo justificar un
comportamiento que desprecia la vida de los animales, que les elimina un buen
día porque el hombre se erige en su creador, y dice: “hasta aquí llegas tú”.
Si somos especies diferentes y
tenemos una capacidad de raciocinio, somos supuestamente inteligentes, y
suponemos no somos bárbaros; qué privilegio tenemos de eliminar animales, de
manipularles, de maltratarles, etc.
Cómo se cuadra que se críe, se
alimente, se cuide y se extermine. Se critica la ausencia de sentimientos de
los estamentos de poder con respecto a los más débiles de esta sociedad, y qué
hace el hombre que cría, alimenta, y cuida
animales, les extermina.
Es un símil muy válido del
genocidio legal que supone matar, esto es salvaje, es de los tiempos de las
cavernas, cuando no había recursos más que los naturales, la pura supervivencia
ante el inhóspito hábitat. Pero ahora, y desde hace muchos años, estas acciones
son descerebradas, arcaicas, irrespetuosas y terribles.
Atar a un animal, inmovilizarle,
blandir un cuchillo y en vivo rasgarle el cuello o urdir para atinar a cortarle
alguna arteria o el mismo corazón. ¿Hay algo más bestial e inhumano?, y en todo
el territorio está autorizado este macabro festival de muerte y sangre, bajo el
nombre tradicional de matanza. La gente que hace esto, los que ayudan a
sacrificar ese hermoso animal, todos los que apoyan este cruel acto,
¿reflexionan al respecto, qué sienten?
No me vale, como dicen muchos,
que los animales se crían para eso. Pues que dejen de hacerlo, que le hacen un
flaco favor a la vida, al respeto y a los que vienen detrás aprendiendo actos tan
tremendos y horribles. Apostillan que se extinguirían algunos animales, pero
ellos no saben que quizás algunos optaran por criarles por el gusto de
compartir su compañía. Hay de todo y para todos los gustos, más si se extinguen
o no, ese no debe ser su problema.
Nuestro problema es ser y
demostrar con nuestros actos, que somos civilizados y con eso ya está dicho
todo. Ya no somos los hombres de las cavernas, no tenemos que salir a cazar, no
tenemos que sacrificar animales porque podemos hacer uso de la mente y de los
conocimientos, para saber alimentarnos sin consumir carnes, sin quitar vidas,
sin hacer pasar a los animales por electroshock, por alimentaciones adulteradas
para engañar en el peso. Ya no tenemos que seguir enganchando animales a una
maquinaria, para matar masivamente al paso por unas cuchillas, y que los
animales vayan perdiendo la vida, sufriendo varios minutos mientras se
desangran.
¿En que lugar de la historia nos
hemos quedado anclados?, ¿Por qué una mayoría repite y repite, sin evolucionar,
sin mostrar inquietud de crecer?, ¿Qué nos está pasando, por qué no alcanzamos
la excelencia del ser humano? Esa excelencia es real tal como que se están
plasmando las letras en la pantalla del ordenador mientras pulso cada tecla.
Hay otras formas de sufrimiento y
vejación a la que se somete a los animales: los circos, las jaulas, los zoos,
los acuarios, y todos aquellos medios artificiales en los que se les hace
vivir, habiéndoles apartado de su hábitat natural.
Pero aún hay más sufrimiento y
vejación que tienen que soportar los animales en su relación con el hombre,
como las investigaciones sobre animales, las vivisecciones, causarles
enfermedades, probar nuevos fármacos en sus organismos, etc.
Es sencillamente un abuso de
poder al que le sometemos, y en otro orden de cosas están los animales
hacinados en las granjas, los perros que nunca se sueltan de las cadenas con
las que se pasan la vida atados. El castigo al que se somete a los toros en las
corridas, y los disparos de los madrugadores cazadores.
Es hora de cambiar, y del mismo
modo que se oye por todos lados que el sistema se ha agotado, refiriéndose al
panorama social, político y económico; no olvidemos que solo estoy hablando de
un aspecto más del sistema. Por tanto, este comportamiento está obsoleto,
pasado de moda, y es tremendamente salvaje e irrespetuoso con la vida.
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