Por fin ha llegado el día que
cualquier persona desempleada desea, que le llamen para ofrecerte un trabajo.
Es un taller de empleo, pero al menos te permite aprender trabajando de forma
remunerada. No es para tirar cohetes, pero es un buen comienzo, claro que
primero me han de elegir de entre los seleccionados.
No obstante, lo celebro porque
tras dos años de paro, que no he desaprovechado, pues he realizado dos
certificados de profesionalidad, uno de electricista de edificios, que tuvo una
duración de nueve meses. Otro de formador ocupacional con una duración de cuatro
meses, y también trabajé en una empresa durante tres meses.
Ahora me llegan estas noticias
del SAE, de donde nunca recibí ni siquiera la posibilidad de entrevistarme en
ninguna empresa, me llena de alegría, y en esta mañana tengo una reunión
informativa para las plazas que dicen tener disponibles, y por supuesto que voy
a por una de ellas.
Y ya pasada la euforia del
momento, es mi deseo como miembro de esta sociedad, en la que cada uno puede
aportar según lo que nos toca o podamos hacer, que logremos sacar adelante
pequeños proyectos, que unidos hagan un todo en beneficio de las personas, que
somos los verdaderamente afectados por la situación tan bestial. Una situación
que nos ha golpeado, a los menos pudientes, directamente en la zona de
flotación.
La economía de nosotros, los que
no tenemos dinero ahorrado, mucho menos tenemos cuentas en Suiza como está de moda
últimamente, se ha mermado tanto que hay que hacer encajes de bolillos para
llegar a final de mes, lo que decimos coloquialmente: llegar raspado o por los
pelos, y sin hacer ningún gasto extra, pues de lo contrario la fastidiaste.
La mente tiene que seguir en
positivo, vengan las cosas bien o mal, pues hasta en esta tesitura si nos
indisponemos no tenemos margen de reacción, y si que tendremos muchas
conjunciones para enfermar. Pase lo que pase, tenemos que estar alegres, por lo
menos no nos fastidiemos interiormente.
El equilibrio, el deseo de vivir,
las ganas de abrazar a otro, lo hermoso que es mirar a los ojos del otro con
sinceridad, hablando con la mirada, percibiendo con la misma. Tratando de
ayudarnos dándonos consuelo, animándonos, diciéndonos tú me importas, me
importa si lo pasas mal, quiero ayudarte a que salgas de ese agujero, te
quiero.
Es tan hermoso sentirse por
dentro, conectas, y ves, solo salen cosas así, porque estás lleno de afecto, de
amor, quieres a la gente, estamos hechos para relacionarnos y sentir, la vida
interior es maravillosa, mira dentro de ti. Descubre lo que tienes por
explorar, todo lo que anhelas está en ti, la calma, la serenidad, eres
radiante, eres amor.
Bueno pues ya veis en que termina
una noticia del ofrecimiento del SAE, cualquier ocasión es una excusa para
mirar dentro y sentirte vivo. Cualquier momento es oportuno para compartir,
para depositar tu granito de arena, lo que interesa es no dejar de hacerlo.
Solo es posible construir algo si no dejamos de poner una piedra tras otra, a
nuestro ritmo pero ininterrumpido. Y como sociedad, como comunidad de personas
podemos hacer lo que queramos si cooperamos y compartimos los proyectos, las
ideas. Estoy seguro de que podemos hacer algo grande, entre todos podemos (We
can).
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