El proyecto Europa se ha quedado
cojo, se ha integrado el solo uso de la moneda, pero no se ha construido una
base sólida sobre la cual levantar los muros del progreso. La base sólida la
formarían la integración financiera, política, legislativa, industrial, social,
etc. Una Europa al completo, con ciudadanos de igual nivel en todos los
ámbitos, compartiendo leyes, proyectos de desarrollo industrial, urbanístico,
educativo, sanitario, etc., siempre sumando para todos, no como hasta ahora.
Ahora los pobres son más pobres
mientras los ricos son aún más ricos. Estos se han llevado el dinero a paraísos
fiscales autorizados y mantenidos por ciertos países, colaborando a que los
Estados Europeos del sur caigan en la bancarrota, se encuentren al borde mismo
del abismo.
Europa está por construir
mientras que se desquebraja ante la falta de estructura sobre la que sustentarse.
Falta colaboración que no signifique endeudamiento por la necesidad de tener
que ser subvencionado. Hay que buscar la forma de que toda Europa sea una y
pueda salir adelante victoriosamente. No hay que hacer una Europa que se sirva
de otra Europa que tiene incapacidad para seguir el ritmo del norte, existiendo
como ya dicen algunos, una Europa de varias velocidades.
Europa tiene suficientes personas
super formadas, super preparadas, como para trabajar conjuntamente, y conseguir
proyectar la Europa que todos los ciudadanos europeos esperamos y necesitamos.
Autosuficiente, para que todos podamos tener los recursos y servicios
necesarios para llevar una vida digna.
El fracaso de Europa sería todo
lo contrario, no ser capaz de adaptar leyes, financiación, industrialización,
comercio, etc., comunes a todos los países integrantes del proyecto Europa. No
solo al compartir la moneda vamos a conseguir la igualdad necesaria, pues ya
estamos viendo que no ha sido así, sino que estamos obteniendo todo lo contrario,
como ya dije antes: El Norte progresa mientras el Sur se endeuda más y más.
Todos los dirigentes de los
diversos países europeos deben tener la obligación y dedicación suficientes,
para conseguir el desarrollo del conjunto. Sin unión autentica, solo podemos
esperar un poco más o menos, y el fracaso, la ruptura llegará. Un modo de estar
condenado a que las cosas no salgan, es proponer un proyecto común en el que
sus integrantes van cada uno a lo suyo. Si no se cree en el proyecto es
preferible salirse o bien no haber propuesto algo de lo que después se arrepienten.
A no ser que hubiera una intención de hacer negocio a costa de los socios.
Creo que también ha podido
ocurrir que algunos hayan mal empleado las ayudas concedidas para el progreso
de las zonas más desfavorecidas. Es posible que también haya habido un poco de
todo, pero me remito al principio del escrito. Con una base legislativa y financiera
común y sólida, nos iría mejor a todos, se establecerían otros tipos de
controles que hicieran inviables las malas actuaciones, al mismo tiempo que
facilitaría progresar al unísono, porque todos seríamos más europeos. Sentiríamos
con más intensidad a nuestros hermanos de los países vecinos, y desearíamos que
todos alcanzásemos una cota de bienestar considerable.
Podría ser un buen proyecto si apostáramos
todos los países de la Unión por la consecución de la igualdad, importándole a
cada uno de los países la buena marcha de los demás, y adoptando las medidas
necesarias que signifiquen progreso, bienestar, dentro de los límites de una
austeridad razonable, porque tampoco se trata de optar por la vía del
consumismo. Pero las medidas actuales nos diferencian, marcan distancias que
están llegando a ser casi insalvables, pues solo para poder pagar los intereses
de la deuda del país vamos a tener que dejar de comer. Este no es el camino
para que Europa sea considerada por el resto del mundo como una zona de
importancia industrial, económica, social, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario