INSOLIDARIDAD

Cuántas veces hemos oído, a los especialistas en el tema, decir que la producción de alimentos en el mundo es suficiente como para erradicar el hambre, ¿por qué no se hace realidad el poner fin a esta tragedia humana?, ¿qué está sucediendo para que todo siga igual o peor?

Desde que era niño llevo viendo imágenes de pueblos que se comen las raíces de las plantas, los insectos que pueden capturar y poco más, evidentemente padecen carencias de todo tipo, tienen una esperanza de vida muy corta, y una mortandad infantil súper elevada.

Las asociaciones llamadas ONGs llevan toda la vida tratando de hacer llegar medios a estos pueblos que están sumidos en la más dramática miseria. Antes ya dije que carecían de alimentos, pero aún es más grave pues carecen también de agua potable, y peor aún de expectativas de que su futuro vaya a cambiar, porque somos insolidarios por diferentes motivos.

Siempre se ha oído, lamentablemente, que de la ayuda aportada solo llega una pequeña parte, no se si será cierto, parece que se pierde en el camino, bien por asaltantes, bien porque algunas condiciones humanas indignas no permiten el total aprovechamiento de las donaciones. Noticias de esta índole han saltado a los medios de comunicación desgraciadamente, provocando desconfianza en los ciudadanos.

Un mundo de abundancia donde la diversión, el lujo, el juego y la corrupción están a la orden del día en el primer mundo, que no es más que el mismo mundo, vive paralelo a ese otro panorama asolador sin que este tome consciencia de lo que está permitiendo. Sabemos que cada país tiene sus gobernantes pero es inhumano mantener a un pueblo en tales condiciones de miseria y muerte. Si el estado, pueblo o país carece de recursos y desde el primer ciudadano al último se encuentran en estas condiciones, el resto del mundo desarrollado tiene la obligación, como seres humanos que somos, de ayudar a que estas zonas deprimidas alcancen un mínimo de bienestar. Pero si sus gobernantes y cuatro más atesoran fortunas mientras el pueblo muere de hambre, hay que obligarles a repartir o a crear las condiciones necesarias para que exista un mínimo de progreso o de medios para poder subsistir dignamente. En caso contrario habría que sacarles del país y encerrarles por crímenes contra la humanidad.

¿Cuánto tiempo más hay que tolerar esta situación mundial, mientras que hay una lucha de poderes entre países por cosas sin importancia? Señores gobernantes de los diversos rincones del mundo, la gente está muriendo de la falta de un bien tan básico como alimentarse, comer, eso que ustedes hacen en exceso hasta adquirir colesterol, taponarse las arterias con grasa, padecer la gota de tanta carne y marisco, o echarse el hígado a perder de tanto privar. Hay gente que no tiene nada que comer, que resignados esperan la muerte, sentados, esqueléticos, sin esperanza de ninguna clase. Esta misma mañana, hoy, está sucediendo esto mientras usted se dirige a comprar un coche nuevo, de alta gama, de no se cuantos cientos de miles de euros. Mientras usted está pensando en comprar un apartamento en una urbanización de lujo, junto al mar, para recreo y diversión. Mientras usted está tirando miles de euros en un casino, y mientras casi todos los Gobiernos del mundo solo saben pensar en el modo de subir el número de sus votantes para las próximas elecciones.

Lo peor de todo quizás sea que la perversión es de tal magnitud, que alcanzado cierto nivel social, como si de una adicción se tratara, casi todos juegan a lo mismo, se envuelven en un manto de distanciamiento con el resto de la humanidad y comienzan a vivir en su mundo. Un mundo que parece no estar aquí  y que parece hecho a medida para la diversión improductiva, la inconsciencia y la deshumanización.

Somos un todo, esta es la ventaja y el problema, y es de lo que no se han dado cuenta ciertas personas cuando actúan como lo hacen, es por ello que mientras una parte de la población mundial siga padeciendo hambre, sea victima de las guerras continuas, etc., la otra parte de la humanidad no puede sentirse bien, aunque pudiera parecer lo contrario algunas veces.