La televisión está incorporando
unos mensajes que difunden cuando cortan una emisión para lanzar la publicidad,
con ello lanzan la pelota al tejado de los telespectadores, al mismo tiempo que
ellos se descargan de culpabilidad, porque al fin y al cabo saben que no lo
están haciendo bien, y como otros, se doblegan ante el dinero.
El mensaje, al que me refiero, viene a decir
que este programa lo vemos gracias a la publicidad, que es posible verlo por
ese patrocinador. Yo como debo ser un zoquete, le doy vueltas y siempre llego
al mismo punto, no entiendo qué ocurriría si la publicidad se emitiera entre
programas, si todas las televisiones del país se pusieran de acuerdo para
incluir la publicidad, solo, entre espacios. Lo que sucedería es que sería mucho
más placentero seguir un programa, molestarían menos, nos respetarían mucho
más, y la vocación de servir al ciudadano y no al dinero como principal
objetivo, mejoraría la opinión pública respecto de los medios de comunicación
masivos.
Una vez más, algo que podía ser
tan sencillo, que no acortaría los tiempos publicitarios, sino que no
alargarían innecesariamente los tiempos de las emisiones, y lo más importante,
el confort de ver televisión sin cortes, así como tener la impresión de que se
nos respeta. Lamentablemente la vocación de dar el mejor servicio al ciudadano
se pospone, al objetivo primordial de hacer caja, y repito que sería tan fácil
como que se acordara a nivel nacional que la difusión de publicidad se
realizara entre programas.
Si alguien no lo ve así, que nos
explique por qué no se puede hacer de esta manera. Es probable que diga que no
sería el mismo precio ni el mismo interés para las compañías, pero esto es una
falacia, pues al no haber otro momento para la emisión, si quieren llegar a los
telespectadores, tendrían que seguir pagando lo mismo para ser incluidos entre
programas, de otra forma no podrían hacer uso de este medio de comunicación.
Lo que sucede es más de lo mismo,
interrupciones e intromisiones en casa de los ciudadanos, una forma de imponer,
de manipular, y abundar en las artes y maneras de un sistema capitalista que
trata de mantener sometido al conjunto de los ciudadanos, para poder hacer con
ellos lo que más le convenga a los estamentos de poder, entes financieros,
monetarios y demás organizaciones al servicio de las ganancias, las inversiones
y los capitales.
La falta de libertad debido al
falso sistema de democracia dictatorial, en el que ellos siendo la minoría dictan
y el pueblo, siendo la mayoría, obedece; nos mantiene estabulados como a las
bestias, engañados, se dirigen a los ciudadanos como si no fuéramos capaces de razonar,
como si fuéramos tontos. Legislan para perpetuarse en el poder a la vez que
favoreciendo los dictados del poder monetario, mientras se ignora al ciudadano,
no importándoles las repercusiones que su ineptitud y sinvergonzonería tenga en
nuestras vidas. Dándoles igual si nos acostamos con la barriga más o menos
llenas, o estando vacías. Dándoles lo mismo si tenemos trabajo, o no, si
podemos pagar la hipoteca, o no, si nuestros hijos pueden seguir estudiando, o
no, si vamos a ser atendidos sanitariamente, o no. Ellos son los que no tienen
problemas, a ellos no le afectan los recortes porque ganan suficiente como para
pagarlo, no soportan las listas de espera en los hospitales, no sufren la
reforma laboral, la legislan para los ciudadanos,…. ellos son de la élite.
En definitiva la televisión juega
a lo mismo, porque se doblegó a los mandatos de las influyentes
multinacionales.
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