Hacer lo que el otro necesite,
ayudar al otro, pensar en el otro, sentir y expresar con nuestros actos
alegría. Comprender que el otro tiene iguales derechos, que es igual que
nosotros y que todos somos uno, la unidad de la vida. Comprender que nos debemos
respeto los unos a los otros, por tanto, no hay lugar para la violencia de
ningún género, ni criatura a la que hacer daño; es más, comprender que no hay
nada ni a nadie a quienes hacer daño.
El mundo está habitado por
personas que se diferencian por el habla, sus rasgos, el color de su piel, pero
en esencia somos todos lo mismo, tenemos los mismos derechos; estamos para amar
y ser amados. Somos seres de amor, el amor es el centro de la vida, la energía
de amor e inteligencia que somos en lo más profundo. Expresa tu amor, da amor,
abraza y besa con amor a todas las demás criaturas que encuentres sobre la faz
de la Tierra. Respeta a los demás y respétate a ti mismo, ama a los demás y ámate
a ti mismo, porque tú eres el centro de tu vida y no solo eso, sino que eres la
vida en sí.
Esto, de lo que hablo, hay muchas
personas que no se han enterado de nada y viven en un egoísmo exacerbado, mayúsculo,
desde donde desprecian a los otros y desde donde compiten con cualquier ser que
piensen le hacen sombra. Hay gente ciega que se vuelve cruel en su
comportamiento, porque no ha visto nada, no ha sentido nada, se ha desubicado
de su centro de amor, que también lo es; pero al que tanto ignora. Esta gente
dicta órdenes, sin el menor remordimiento, que atacan a sus semejantes de
diferentes formas: provocando pobreza, guerras y muerte, en definitiva.
Es muy necesario que el hombre
despierte, se de cuenta de sí mismo, sepa quién es, de qué está hecho,
comprenda todo esto y cambie su actitud; entonces las estructuras sociales
cambiarán. Los conceptos de ambición, competitividad, glamour, clases sociales,
etc., desaparecerán tal como hoy los conocemos. Las personas realizadas no se
sienten más ni mejores sino iguales, por lo que solo pueden crear un sistema de
equidad, respeto y amor.
Hacer que el otro camine y se nos
iguale, quitando los obstáculos que se lo impide, ayudando con amor; hace que
la humanidad crezca, que es de lo que está necesitada la sociedad actual. Tiene
que llegar el fin al desequilibrio mental que padecen ciertas capas sociales,
ciertas personas de poder autoritario, para que se acaben los abusos, la
represión, el hambre, las guerras, las muertes o las vidas sin futuro. Todos
somos iguales y por tanto debemos tener las mismas oportunidades, vivamos donde
vivamos y sea cual sea el color de nuestra piel. Todos debemos tener más
presente a la totalidad de la humanidad, cada uno de nosotros somos ella y por
tanto debemos sentirla y actuar para crecer como humanidad.
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