No entiendo
por qué los ciudadanos debemos sentir miedo por manifestarnos, por protestarle
a las instituciones o por exigirles. No entiendo por qué un gobierno llega a
ser tan poco democrático, que no permite a los ciudadanos que manifiesten su
opinión en libertad. Por supuesto, que todo esto con orden y respeto, pero
indudablemente es una presión hacia los que no lo hacen bien a la vista de la ciudadanía.
Es que si no hubiera o sintieran presión, no se conseguiría nada.
El momento
actual nos tiene a todos muy indignados y hay quienes se contienen y quienes
sacan su crispación y rompe un contenedor o un escaparate. Aún así, habría que
evitarlo, habría que contenerse y seguir protestando civilizadamente para no
dar motivos a los que lo están deseando, de lanzar a los antidisturbios contra
los manifestantes. Tenemos que seguir protestando como medio para conseguir que
las cosas se hagan según entendemos los ciudadanos y no como quieren ciertas
personas, empresas o poderes e intereses a la sombra.
Como está
gobernando la manta de insensato que tenemos en la actualidad nos ha tocado, de
un modo u otro, a cada uno de nosotros. Algunos hemos perdido el trabajo y los
que trabajan lo están haciendo en peores condiciones que hace años. Hay
personas que tienen en su familia personas dependientes que han sido
abandonadas o ignoradas por el actual gobierno. Muchas familias están siendo
desahuciadas por los mismos bancos a los que les hemos dado muchos miles de
millones de euros de nuestro dinero. Muchas otras familias tienen a todos sus
miembros en paro y otras muchas, miles, ya no tienen ningún tipo de ingresos.
Esto no parece conmover a un gobierno sin alma, como es el actual, preso de las
políticas externas, que le obligan a imponer normas, leyes o decretos
contrarios a los intereses y al bienestar de los ciudadanos españoles. Pero no
les justifico, porque son inmorales y corruptos, insensibles y poco humanos. Si
estás obligado, lo que tienes que tener un mínimo de dignidad y honestidad como
para no engañar y retirarte.
No hablo de
colores, que se vaya, para que llegue otro color, otro por el estilo. Hablo de
que deje el sitio para aquel que sea capaz de coger el timón con honradez y
honestidad hacia el pueblo y no hacia Europa, el Banco Central, Merkel o los
mercados capitalistas. Alguien que agarre el toro por los cuernos y obre por y
para restaurar, lo más inmediatamente, el bienestar y los derechos que los
ciudadanos hemos perdido, más bien, que nos han robado. Alguien que funcione
sin miedo a aquellos poderes ocultos o lejanos y en ningún momento votados por
el pueblo español, pero que sin embargo están dirigiendo la orquesta, sin ni
siquiera haber sido invitados a la fiesta.
Espero la
reacción de la gente, para exigir que la situación se normalice y nos dejen de
engañar. Espero que la gente deje el romanticismo de los colores, las
afiliaciones y se atreva a moverse inteligentemente, abra los oídos y oiga,
abra los ojos y vea.
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