De nuevo se
calienta la confrontación Palestina, Israel y como siempre la franja de Gaza
sufre toda la ofensiva del ejercito de Israel. Esto es inadmisible, sea quién
sea el que comienza los altercados, pues nunca nos dirán la verdad, llevan así
desde principios del siglo XX. Lo que menos importa en este caso es quiénes son
los culpables, sino la mecánica que tiene esta confrontación, el ojo por ojo y
diente por diente y, si puedo te hago pagar el doble o el triple.
La O.N.U.
cruzada de brazos o secuestrada, E.E.U.U., sin mediar en este conflicto aunque
mete las narices en cualquier otra parte del mundo dónde tenga intereses, pueda
sacar partido de algo, llevarse petróleo barato, etc. A muchos observadores de
este conflicto y otras muchas guerras parece que solo les interesa ser
suministradores de armas, son meros proveedores de los combatientes, porque si
pueden les suministran a ambos bandos, claro, sin que el otro se entere, pues
lo suyo es hacer cuanto más negocio mejor. Que se mate la gente les importa un
huevo, si, he dicho de un modo vulgar tal parte del aparato reproductor del
hombre.
Se imaginan
cuánto dolor causa cualquier conflicto, personas que pierden a sus hijos, hijos
que pierden a sus padres, a sus hermanos. Gente que son descuartizadas, gente
que se desangra, otras a las que se les amputan los miembros, gente que se
desgracia de miles de formas diferentes con dolencias diversas. Se imaginan el
dolor de los proyectiles o la metralla entrando en el cuerpo de las victimas,
muchas de ellas inocentes, niños a los que les interrumpen bruscamente el juego
y en muchos casos hasta la vida. Esto no puede seguir y ya no solo el caso de
Palestina e Israel, hay que poner fin a todo conflicto armado en todas las
zonas de nuestro planeta. Hay que dialogar, hay que dejar de ser dictatorial,
es preferible encerrar a aquellos que someten a sus poblaciones a regímenes de
lucha y pobreza, que hacer sufrir las consecuencias a miles o millones de
personas, muchas de ellas inocentes, en todo el mundo.
Un organismo
como la O.N.U. debería velar por conseguir este fin, la paz en la Tierra,
vigilando que no haya personajes dirigiendo a países en la miseria y en la
beligerancia. En esos casos, deberían actuar todos los demás países para anular
al dictador que mal conduce a su país y a su ciudadanía. Amonestaciones al
principio, encierro después, se trate de quién se trate, un dictador militar,
un paisano o el propio rey del país que sea. Si no se entera que hay que vivir
con dignidad y salvaguardando las vidas de sus vecinos, hay que encerrarles y
apartarles del poder.
Lo que no
puede seguir sucediendo es que el sistema mundial mantenga a una cantidad de
gente ostentando cargos por los que cobran un pastón, y no muevan el culo en la
dirección que les lleva a cumplir con sus obligaciones. Vamos, que se lo llevan
calentito, sin remordimientos de conciencia y a lo mejor hasta pueden dormir.
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