El viernes,
los amigos de lo ajeno vinieron a visitar a mis vecinos, les hicieron un butrón
en el trastero y les robaron una moto Kawasaki y dos bicicletas de montaña. La
guardia civil hizo una visita de rigor, sin tomar huellas, tampoco se llevaron
una bicicleta vieja que los chorizos dejaron en los alrededores, seguramente en
la que vinieron desde donde quiera que hubieran venido; evidentemente de alguna
urbanización cercana o pedanía próxima. La guardia civil se limitó a decir que
levantaría un atestado de lo sucedido y le recomendó a mi vecino que fuera al
mercadillo del charco de la pava, por si decidían ponerla a la venta en aquel
lugar. ¿Por qué no van ellos?
Un día más
tarde, un conocido de mi vecino le llamó indicándole que le parecía haber visto
la moto en un emplazamiento cercano a nuestra urbanización, así que mi vecino
telefoneó a la guardia civil, que siempre ha atendido todas las incidencias que
se han vivido por aquí, pero le dijo que era una cuestión de la policía
nacional, que se dirigieran a ella con una foto de la moto y con la certeza de
que estuviera en ese lugar; o sea, que le invitó a que asumiera el riesgo y las
molestias él y no la policía.
Comprendo que
los ciudadanos estamos muy hartos de la actual situación de corrupción del país
y que los agentes del orden público, como nosotros, deben estar igualmente
indignados, pero lo que no llego a comprender es como los ciudadanos nos
sentimos indefensos ante los chorizos, desatendidos por la guardia civil, en
este caso por ser un entorno rural o alejado del centro de la ciudad, cuando a estos
señores se les olvida que son empleados nuestros, que entre todos pagamos sus
sueldos.
Creo que
deberían preocuparse un poco más por los problemas ciudadanos y buscar una
forma de encontrar una solución. Sin embargo, echan toda responsabilidad de que
investigue la victima y solo cuando encuentre lo robado, les indique donde están
sus cosas robadas para que vayan a recuperarlas. ¿A dónde estamos llegando?
Lo peor de
todo es que se provoca una psicosis en la vecindad al verse golpeada una y otra
vez por los ladrones y todos nos encontramos alerta, sin necesidad de estarlo.
Todo esto altera la tranquilidad y en muchas ocasiones le sustraen a personas
que viven al día, que tienen que hacer un gasto extra en la reparación de los
daños a la propiedad, amén de las cosas que seguramente ya no verán jamás.
Los agentes
del orden y las leyes te prohíben defenderte y defender lo que es tuyo contra
las bandas de delincuentes, pero es que no nos sentimos lo suficientemente
respaldados por las fuerzas de seguridad. Vienen a tu llamada cuando pueden en
función de la disponibilidad, no investigan nada y quieren que tú encuentres a
los ladrones, que ya irán ellos a por lo robado si es que, todavía, lo tienen
consigo.
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