Esta es una
llamada a los jóvenes de este país, a esa gran mayoría de jóvenes que, vale,
han cumplido con parte de sus obligaciones y han sacado sus estudios, pero que
creen que ya con eso lo han hecho todo. El resto del día se lo pasan jugando
por internet, “whaseando” y muchos de ellos haciendo botellonas, acostándose y
levantándose tarde, etc.
No está todo
hecho ni mucho menos, al contrario, nuestros políticos de turno han destruido
todo el bienestar que habíamos conseguido durante años de trabajo y lucha.
Ahora les toca a estos jóvenes mover el culo del sofá y reclamar lo que les
corresponde y que a todos nos han quitado. Deben salir a las calles a
manifestarse continuamente y pacíficamente porque les han dejado sin futuro, se
lo han robado, del mismo modo que están robando los dineros de los ciudadanos.
Es la hora de
que los jóvenes tomen el timón del barco que el “ingobierno” que padecemos,
perdió hace años. Hace falta que los jóvenes se den cuenta de que la pasividad
que muestra una gran mayoría, no nos conducirá a nada, que los de arriba viven
la vida padre mientras que nos están dejando migajas para el resto de los
mortales de este país. Que nadie va a venir a solucionarnos la vida si nosotros
seguimos con el culo pegado al asiento y que si no nos queremos implicar en la
política, otros vendrán a hacer política por nosotros y a someternos a sus
reglas de juego, por lo general, muy favorable a los privilegios de ellos y
contrarios o pobres para los intereses de los ciudadanos.
Los jóvenes de
este país deberían interesarse e involucrarse más en estas cuestiones, porque
son estas cuestiones las que pueden hacer de un país un lugar de progreso o
pueden hundirlo, como viene sucediendo desde hace algunos años. La industria ha
menguado, la capacidad agrícola, pesquera, etc., también lo ha hecho. Han
dictado leyes contra el progreso y el bienestar porque interesa un
desequilibrio que favorezca al empresario y al poderoso. Si hay suficientes
puestos de trabajo no pueden putear a los trabajadores, no pueden obligarles a
hacer jornadas interminables o pagarles salarios de mierda. Por eso, las
políticas van hacia lo contrario, hacia la precariedad laboral, primero se
aseguran de crear y mantener un alto número de parados, al que llaman “paro
estructural”. Entiéndase, que forma parte de las estructuras del país a
propósito, para que de lugar al despido libre y a las condiciones inestables de
trabajo o trabajo basura, que es lo que abunda en el momento presente.
Contra esta
irracionalidad que afecta directamente a todos, pero muy en particular a los
más jóvenes, hay que rebelarse pacíficamente pero constantemente. Las calles
deberían de llenarse a diario con la protesta ordenada pero continua de
personas de todas las edades, pero en particular por todos aquellos jóvenes sin
empleo y deseosos de comenzar a proyectar sus vidas. Daros cuenta de que os han
robado vuestro futuro y no podéis seguir tirando el tiempo frente a la pantalla
del ordenador, la tablet o el móvil. Tenéis que reaccionar, una vez se deis
cuenta del engaño en el que han convertido esta irrepetible oportunidad de
vivir.
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