Del sueño nace
la esperanza, la ilusión, la fuerza por realizar aquello que se sueña, con lo
que se sueña y nadie tiene derecho a quitarnos las ganas para llevar a cabo
nuestros proyectos. Suéñalo y hazlo realidad, imagínalo y pelea por ello, es tu
sueño, solo tuyo aunque muchos hayan podido trazar líneas parecidas; estas son
las tuyas y nadie traza totalmente o exactamente igual. Tu proyecto tiene
connotaciones originales y diferentes, estoy seguro de ello, así que no te
desanimes y créalo en cada instante, en cada acción, en cada esfuerzo te estás
acercando cada vez más a tu sueño.
Cuando
comienzas partes de cero, nada tenías y tan solo puedes quedarte como estabas,
eso en el peor de los casos actuando con cabeza. Partías de cero y puedes
conseguir uno, dos o mil, ¡ojalá sean más!, así que tienes todo por ganar y
poco o casi nada por perder; siempre se aprende, se coge experiencia para
próximas ocasiones. No te dejes arrastrar por los tópicos, por lo que dice
mucha gente, por la negatividad del
personal, eso te impedirá desarrollar todo tu potencial. Párate, mírate
interiormente, siéntete poderoso y capaz de realizar tu sueño, visualiza que se
hace realidad, que te sientes feliz consiguiéndolo, trabajando en tu proyecto y
sintiéndote dichoso en la travesía.
Nos tenemos
que preparar y tenemos que estar atentos porque es inevitable, a veces, dar una
recalada en la desilusión porque creemos que no vamos con la suficiente
velocidad, que no crece nuestro proyecto como suponíamos debía hacerlo. Casi
siempre estamos en un error por no tener en cuenta las miles de variantes que
influyen de diversos modos en lo que hacemos y hacen los demás. Cuando pones
trabajo y empeño, cuando pones ilusión y amor en lo que estás haciendo, siempre
se recoge el fruto de lo que se hace aunque pudiera parecer insuficiente, es lo
que se puede recoger en ese instante bajo esas condiciones. Esto siempre es
positivo, valóralo, sigue, aprende, experimenta, se creativo y pelea. Hay un
espacio para ti, para cada uno de nosotros, ¡peléalo!, ves la aparente calma
del bosque, pues hay miles o cientos de especies rivalizando por el sitio, por
el sol, por los nutrientes, por buscar el mejor cobijo, etc.
La vida es
así, al menos esta existencia lo es y debemos procurarnos nuestro sitio para
realizar nuestro sueño. Si lo puedes soñar, lo puedes realizar, tienes la
capacidad de imaginártelo, sabes qué tienes que hacer, lo que te gustaría
hacer, cómo hacerlo, saca tu creatividad de paseo, muéstrala sin reparo y con
descaro, nadie va a hacer exactamente lo que tu imaginas, ves que es un espacio
tuyo, solo tuyo; ¿por qué sigues ahí parado?, ¡ve a por él!
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