Recién pasada
la hoja del 2014, recién estrenadas las primeras horas de este nuevo año 2015 y
aunque la mañana es fría, propia de la estación invernal, el sol luce a través
de un despejado cielo. Tenemos todo el tiempo por delante para abordar nuestros
proyectos, para ilusionarnos, para realizarnos mientras experimentamos,
mientras aprendemos, leemos, estudiamos o escuchamos. Tenemos otros 365 días
por delante para llegar a ser un poco mejores, para aprender a ser más
generosos, más humildes, para amar más desinteresadamente a los demás, para
ayudar a los que puedan necesitarlo.
Tenemos otros
365 días por delante para convertir nuestros corazones en verdaderos radiadores
de calor humano y amor, e igual tiempo para que nuestras mentes se mantengan
lucidas, generen millones de pensamientos positivos, que nos proporcionen toda
la paz interior que nos merecemos todos.
Tenemos tiempo
para comprender a los demás, para empatizar con los otros, para abrazarnos y
besarnos, para fundirnos con los demás, para ser unos, para ser todos y para
sentirnos la humanidad, el conjunto. ¡Es tan enorme el potencial del grupo y
tanta nuestra ceguera!, espero que algún día, cada cual se pare un poco a
sentir, a ser, a descubrirse tras la fachada que nos hemos fabricado, que ha
dado a esta vida una textura de egoísmo monetario-existencial,
irresistiblemente corrosivo y destructivo. Invasivo de la intimidad de las
personas, derrotista en algunos aspectos, degenerativo en otros y menos valora
lo que somos y nuestro potencial como personas, como individuos y como
colectivo.
Lo tenemos
casi todo por hacer como humanidad, de lo contrario no habría tanta guerra,
secuestros, crímenes, robos, corrupción, desprecio hacia los demás, falta de
respeto y educación, etc. Van a pasar los miles y miles años sobre la faz de la
tierra y vamos a seguir siendo, en el fondo, los hombres primitivos de antaño.
Vamos a seguir justificando las fechorías, diciendo que somos así, que el
hombre es así y cosas por el estilo. Me niego a que sigamos estando de espaldas
a lo que somos y a lo que se descubre, cuando hay verdaderos deseos de
encontrarse, cuando se trabaja para descubrirse, para acercarnos a nosotros
mismos y conocernos un poco más.
Espero que
este nuevo año nos permita gozar de salud, de generosidad, de humildad, de
amor, de dinero, de trabajo, de felicidad y alegría. Que sea el año que se
ponga fin a las desigualdades, a la violencia en el mundo, a los fanatismos y a
los exacerbados intereses monetarios que también matan a las personas. Que sea
el año que se auxilie a los enfermos de hepatitis C, a todos, porque es nuestra
obligación como sociedad y como humanidad, puesto que el remedio existe y que
la empresa farmacéutica que posee la patente se vuelva razonable y humana.
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