Se fuerte Luis
y Luis ha dicho que ha sido fuerte. Hay un tejemaneje que no dicen ni los unos
ni los otros. El caso es que cuando Bárcenas ha dado la entrevista en el diario
ABC y ha dicho que todas las entregas o donaciones de los empresarios las
recogía con algunas otras personas del partido estando presentes, así como que
el presidente y secretarios del partido eran informados en el mismo día de la
cuantía y estos decidían qué hacer con los dineros; justamente, al día
siguiente la Audiencia Nacional dictamina la salida de la cárcel de Luis
Bárcenas.
Cuando el PP
se cree más vulnerable y en manos de Bárcenas es cuando los jueces de la
Audiencia Nacional ya no ven indicios de que pudiera fugarse el imputado. Todo
es una “casualidad” intencionada por llamarle de algún modo y se ha dado en el
momento en el que Bárcenas empieza a responsabilizar a los de arriba, a la
presidencia y a la secretaría general del partido.
Este caso, el
caso Bárcenas, tiene mandanga. Bárcenas que no tiene de tonto ni un pelo dice
que todo el dinero de Suiza es suyo; esta puede ser su venganza contra el PP.
Habrá dicho: “si me voy a comer el marrón yo solo, pues el dinero de Suiza es
producto de mi trabajo”. Hace bien, no va a ser el hombre paja sobre el que
recaiga todo el peso de la ley que debiera haber alcanzado a muchos otros
personajes del partido popular. Los demás se van de rositas, lo insultan, le
llaman golfo y sinvergüenza, ladrón, reniegan de él, etc., y encima cuando
puedan van a recuperar parte de su dinero por el que va a responder Bárcenas
ante la justicia. No hombre, no.
El PP lleva
años siendo el partido de los que salen con las pulseritas rojas y gualdas,
pero que a ese sentido patriótico de sus miembros hay que sumarles las
reiteradas acciones delictivas como: llevar, claramente, una contabilidad B
reconocida por el juez Ruz, que evita pagar a Hacienda lo que cualquier otro
ciudadano tiene la obligación de hacer. Este hecho ha propiciado que se mueva
el dinero negro en sobres en la cúpula del PP, se financien las campañas
electorales y el partido ilegalmente o, se pague la reforma de la sede de Génova
con dinero oculto a la Administración. Esta es la forma de ser patriota de los que
dicen sentirse más españoles en este país, burlando la fiscalidad.
De todo lo
dicho se puede desprender que los que parecen más rectos están bastante
torcidos, que los que no lo parecen, muchas veces, son delincuentes y que es
posible gobernar tranquilamente en este país aunque se esté fuera de la ley. En
cualquier país como Alemania o Reino Unido, por asuntos mucho más leves, sencillamente
y automáticamente dimiten. Sin embargo, en España es posible, pero intolerable,
estar gobernado por el partido que alberga más corruptos, que tiene más
miembros del partido imputados en cantidad de casos y procedimientos
judiciales, pero ya lo sabemos “Spain is different”.
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