Somos seres
humanos, así nos definimos a través de alguna clasificación de la ciencia, todo
lo hacemos nosotros, todo lo inventamos nosotros; pero no olvidemos que el
calificativo que llevamos es el de humano. Según la real academia española el
significado de humano es un adjetivo que se refiere a lo perteneciente o
relativo al hombre, lo que es propio de él y a unas cualidades como: ser
comprensivo o sensible a los infortunios ajenos. De esto último es de lo que
adolece nuestra sociedad y mucho de lo que se desarrolla o desenvuelve en ella,
de igual modo está carente de dichas cualidades.
No podemos
vivir de espaldas a lo que somos, no podemos contrariar nuestra propia
naturaleza, habremos podido aprender mil y una maneras ajenas a nosotros, las
habremos podido adaptar mejor o peor, en unos casos u otros, pero no podemos
dejar de ser lo que somos y seguro, que de un modo u otro, cada uno pagamos por
el distanciamiento o la incoherencia de nuestros actos con el centro de nuestro
ser, con ese pozo de humanidad irreemplazable.
Adoptar muchas
de las formas o medidas impuestas por las personas que más deshumanizadas
viven, genera un descontento o desilusión internos que no sabemos explicar. No
podemos sepultar nuestras cualidades innatas por los siglos de los siglos
porque afloran de un modo u otro. La sociedad se ha de humanizar, ha de ser
comprensiva, solidaria y no ejercer modelos que condenan a la miseria a unos y
a la opulencia a otros. No puede haber tanto desamor, tanto egoísmo, tanta
distancia entre las personas. No se pueden dictar tantas normas o leyes que
sean contrarias a la vida en definitiva.
Solo el hombre
puede parar todo este desastre, todo este atropello, debe parar, debe sentir,
debe cuestionarse a donde va y debe actuar en el sentido propio de nuestra
esencia que no es otra que la vida en sí. Hay que cambiar de formas, de ritmo y
sobre todo de intereses. No vamos bien y se sabe desde hace muchos años, aún
así, la depredación se sigue ejerciendo en la sociedad, en el mundo y los
resultados son catastróficos: asesinatos, suicidios, enfermedades, infelicidad,
avaricia, egoísmo, hambre, muerte en definitiva. Así no vamos a ningún lado.
Mientras haya
una capa social que quiera vivir y enriquecerse del trabajo de otra capa social
deprimida y, se pretenda seguir con este modelo social y laboral como parte de
la estructura de nuestra sociedad, caminamos hacia el caos más absoluto. No se
puede mantener a una gran parte de las personas en el fondo, hundida en el
barro y en la miseria para favorecer a una minoría. Esto es sencillamente
detestable e impresentable, es la vergüenza más execrable amparada por los
gobiernos del mundo, puestos de acuerdo para prolongar en el tiempo problemas
que podrían tener una solución inmediata y humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario