Es hora que las autoridades
mundiales hagan algo, o empiecen a hacer algo, para que millones de seres
humanos puedan vivir, al menos, con lo básico. Es hora que las autoridades
mundiales fijen el mínimo con el que deba vivir una persona, para poder
subsistir. Es hora que esas mismas autoridades, que hasta ahora solo sirven
para llevarse la pasta, hagan algo por los más desfavorecidos de la Tierra. Hay
empresas que siguen explotando, en régimen de esclavitud o semiesclavitud a
muchos millones de personas de este Planeta. Es hora de que esas autoridades,
por fin, justifiquen el dinero que se llevan.
Hay que implantar ese mínimo
vital que asegure la vida y la felicidad de los pobladores de la Tierra. Ese
mínimo vital ha de ser respetado por todos los Gobiernos democráticos o
autoritarios de cada uno de los países, de cada uno de los continentes del globo
terráqueo. Es más, ha de ser impuesto por las autoridades mundiales para evitar
que la gente muera de hambre, sean esqueletos andantes, no tengan esperanza de
vida ni futuro de ningún tipo. Hay que evitar que cuaquier persona de la Tierra
no pueda sonreír porque la tristeza que le embarga se lo impida. El mundo que
está resultando como consecuencia de la dejadez de funciones de muchos, de la
sinvergonzonería de muchos, y de los hijo de putas que son otros muchos y
algunos de los anteriores, se está convirtiendo en algo muy feo que solo gira
alrededor del dinero sin importar nada más… ¡malditos sean!
Un niño es un niño, no un animal
de carga, no un ser violable por desaprensivos depravados y gente con sotanas.
Un niño está en el comienzo de su vida y debe jugar, reír y estudiar, está en
esa edad; no tiene edad para temer por su vida, para ser abusado, castigado,
mancillado, vejado, explotado, pasar hambre, etc. Un niño no está en edad de
pasarse todo el día buscando algo que comer o algo que vender en un
estercolero, en continuo contacto con inmundicias infecciosas. Un niño no está
en edad de llevarse todo el día dando martillazos a unas rocas, ni de estar
haciendo zanjas, ni portando pesadas cargas de piedras o espuertas cargadas de
tierra… un niño está en edad de estar jugando, divirtiéndose y aprendiendo.
Esto se les tiene que meter en la cabeza a todos esos zánganos que ocupan
cargos poderosos que solo se sirven de ellos para robar y aprovecharse del
resto de la humanidad.
¿A quién importa todo lo que
expongo?, ¿quiénes reaccionan ante tan cruel situación de terror que se está
dando en muchas partes del mundo?, ¿qué hace Naciones Unidas?, ¿qué hacen los
demás gobernantes?, ¿todos tienen coartada?, ¿a qué van a dedicar el minuto que
sigue, en el cuál morirán miles de seres en todo el mundo? Seguramente, a lo
mismo que dedicaron los anteriores minutos, y casi todos los que han
transcurrido desde que fueron nombrados a dedo para llevarse un gran sueldo… a
no hacer nada por la humanidad, a seguir los dictados de los poderosos del mundo…
¡son muy cobardes, no valen para nada! Si un tornado os llevara, no se perdería
gran cosa, ustedes son responsables de cómo están las cosas. Ustedes han
favorecido la desigual redistribución de la riqueza en el mundo, de tal modo
que unos pocos acumulan cantidades astronómicas de dinero, mientras el resto
casi no llega a fin de mes, y millones de criaturas no ven ni un solo dólar. Ustedes
son genocidas amparados por leyes injustas e incompletas que se olvidaron de
esas personas marginadas, sin energías para luchar contra vuestras injusticias.
Ustedes no son humanos, no son personas, ustedes son la maldad con forma de
persona. Ustedes han favorecido continuamente a los que más tienen y han
tenido. Ustedes son colaboradores necesarios para que algunos se hagan más
ricos, para que triunfen los negocios de productos veneno. A ustedes no les
importa que vuestras prácticas genocidas liquiden a millones de personas.
Ustedes, autoridades mundiales, son carroña.
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