De vuelta con el caso del
asesinato del periodista Jamal Khashoggi y la historia increíble contada por
Arabia Saudí. Ahora dicen las fuentes oficiales que el periodista murió como
consecuencia de una pelea que se originó mientras era interrogado, y nos
tenemos que creer que no lo dijeran de inmediato, que el cuerpo no haya sido
entregado a su familia, que lo hayan troceado y que lo hicieran desaparecer…
todo esto no cuadra de ninguna forma.
El presidente Trump en primer
lugar se cabreó con el asunto, pidió explicaciones y hasta amenazó con cortar
las relaciones comerciales con Arabia Saudí, pero en cuanto parte de su
Gobierno le hizo ver cómo afectaría a la industria armamentística de su país,
el descenso en las ventas y los desempleados que ocasionaría; Trump da por
buena la historia de las mil y una noches que los árabes han contado, aunque
nadie sensato se la pueda creer. Los hechos han sucedido en el Consulado de
Arabia Saudí en Estambul, Turquía, quien dice que seguirá investigando porque
no se cree nada la mala coartada que los que dieron la orden de asesinar al
periodista, han esgrimido en su defensa y justificación de lo sucedido.
Cómo no va a ser posible vivir
sin las compras de Arabia Saudí, claro que se puede, solo es una venta más, lo
que hay que ser coherente y humano, por eso todos los países democráticos deben
dar la espalda a todos los territorios donde no se respeten los derechos
humanos, hay que aislarlos. En todo caso hay que prohibirles la entrada en el
resto del mundo, hay que penalizarlos, hay que dejar de comprarles su petróleo y
todo lo que pretendan exportar… que se lo coman ellos, que lo consuman ellos, o
cambian o que se pudran en su miseria humana. No puede ser un Estado del mal
sonriendo al mundo y haciendo sonreír a los demás porque tengan mucho dinero,
hay que preservar la vida de las personas, las prácticas salvajes ni siquiera
se deben permitir contra los animales. Nadie puede exigir a nadie que sea
democrático, porque al obligar a otro a ser lo que tú quieres que sea, tú dejas
de ser democrático, pero tú mierda te la has de comer tú.
Si hubiera ocurrido lo que dice
ahora el que manda en Arabia Saudí, de inmediato hubieran comunicado lo que supuestamente
dice que sucedió. Si hubiera sido verdad su versión, qué problema hay para
anunciarlo y difundirlo al instante. Con la verdad se va a todos lados, se
hubieran visto imágenes del cuerpo, se hubiera efectuado una autopsia y
hubieran entregado su cuerpo a su familia, pero da la casualidad que nada esto
ha sucedido, por tanto su versión no es nada creíble y el mundo entero se la
traga doblada porque son los amos del petróleo y compradores de armas, trenes
de alta velocidad y contratan a muchas empresas extranjeras para que les hagan
infraestructuras de todo tipo. De nuevo el dinero puede tapar un asesinato o
mirar hacia otro lado ante el pisoteo constante de los derechos humanos, o las
prácticas crueles de castigo empleadas por el régimen totalitario de Arabia
Saudí.
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