Imagen: www.todoporhacer.org
Además del
consabido desempleo como fuente principal, quizás, única de llevar ingresos a
casa, la preocupación de muchos es que le ocupen la vivienda mientras esté
ausente de la misma. En muchas conversaciones con amigos y conocidos surge este
tema, la gente teme que al volver de hacer sus compras o de haber trabajado, su
vivienda esté ocupada, ¿qué hacer entonces? La ley no parece estar del lado de
los propietarios, algo que es incomprensible, todos hemos oído historias en
televisión de viviendas ocupadas de las que no hay forma de echar a sus
ocupantes ilegales, personas que las asaltaron, incluso cambiaron las
cerraduras y a las que sus propietarios tienen que seguir abonando las facturas
de luz y agua que ellos no consumen.
La solución es
bien sencilla, si la ley tuviera algo de sentido común y hubiera contundencia
al aplicarla. Tanto la ley como las fuerzas del orden público deben estar de
parte del propietario de la vivienda, siempre que los ocupantes no puedan
demostrar tener un contrato de arrendamiento en vigor y haber efectuado los
pagos correspondientes por dicho alquiler. O sea, que la policía al ser llamada
por un asunto de este tipo, debe requerir de los ocupantes de la vivienda los
documentos que acrediten lo antes dicho: derecho para estar ocupando la vivienda
(un contrato de arrendamiento), y justificantes de estar al corriente de los
pagos del mismo. Aquí nadie está hablando de barbarie, de medidas por la fuerza
ni de apalear a nadie, estoy proponiendo que las cosas se hagan con sentido
común, que haya justicia sobre este tema.
Últimamente,
en todas las zonas residenciales se han quedado viviendas vacías porque los
bancos se las quitaron a los que teniendo firmados un crédito con ellos no
pudieron hacerles frente. Esas viviendas, en la mayoría de los casos están
desatendidas, no pagan comunidad, están siendo alquiladas a bajos precios por
los mismos anteriores propietarios a espaldas del banco, y eso hace que entren
en los bloques de pisos y urbanizaciones multitud de gente de otras
nacionalidades, que se agolpan en esas viviendas, con estilos de vidas muy
diferentes y niveles de educación distintos; en definitiva, podríamos decir que
no mejora el clima social ni la tranquilidad de la vecindad.
Esta realidad
no se ataja, los políticos están a por uvas, como se suele decir, supongo que
solo sucede así mientras la vivienda ocupada no sea la de uno de ellos o de sus
familiares, porque como ocurre siempre en esos casos y otros, el tratamiento es
bien distinto. La ley del embudo se pone a funcionar a su favor, y ya sabemos:
lo ancho para ellos y lo estrecho para los demás. No es complicado legislar lo
que deba ser, y en este caso la vivienda tiene propietarios, y si alguien se
mete en tu casa por la cara, debe ser puesto de inmediato en la calle,
posteriormente las autoridades o las instituciones que apañen la solución que
puedan darle, pero nunca debe ser responsabilidad del que tenga una vivienda
ocupada o vacía. El problema siempre radica en lo mismo: la falta de ingresos, el
desempleo, de lo contrario esas personas tendrían medios para hacer como el
resto: pagar un alquiler o tratar de adquirir una vivienda. El pleno empleo es
necesario en una sociedad para que todos podamos vivir medianamente bien, es
ahí donde hay que incidir, es en ese tema en el que se tendrían que estar “rompiendo”
la cabeza los políticos para hallar la fórmula de conseguirlo. Que les interese
o no, es otro asunto diferente, se doblegan con suma facilidad a los dictados
de los empresarios.
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