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Volvemos a
saber del viejo episodio de los saqueos reales, en pocos días Corinna va a
denunciar a nuestro viejo rey, de quien dice la utilizó para blanquear las
comisiones que recibía de Arabia Saudí por los negocios en los que actuó como
intermediario de empresas españolas. Lo más lamentable del asunto es que tratándose
de la monarquía, símbolo central de la españolidad, es difícil entender cómo su
máximo representante se lleva y mantiene los dineros en paraísos fiscales. Si
el principal emblema de patriotismo hace eso, qué se puede esperar de su tribu,
siempre se ha dicho, de tal palo tal astilla, o los hijos tienden a tomar por
modelo lo que han visto y mamado en sus casas, así que imaginen la corrupción a
qué nivel puede encontrarse.
Un ejemplo así
es un mal ejemplo para cualquier ciudadano de este país, y si alguien pretende
seguir los pasos de aquel viejo rey, que se atenga a las consecuencias por no
ser inviolable como el emérito. Una cosa es tener una protección para poder
desarrollar con libertad sus funciones, pero otra bien distinta es arropar la
delincuencia venga de donde venga, y tenga la forma que tenga. La ley ha de ser
para todos por igual, pues que sepamos todos hemos sido concebidos del mismo
modo y todos hemos venido al mundo por el mismo sitio, es incomprensible esas
escalas sociales impuestas… ¿en qué escuela dan los títulos de nobleza?,
¿cuáles son los estudios que te acreditan para los títulos y los cargos que tan
gratuitamente se reparten algunos? Volvamos para atrás, vayamos a los comienzos
del mundo, miremos la sociedad primitiva, ¿cómo se llega de esa organización a
los reyes, los condes, los barones o los marqueses?, ¿qué reparto de poder han
hecho algunos para dividirnos al tiempo que ellos se empoderaban?..., pues sí
que hemos avanzado en inteligencia…, la conclusión es que los grandes de España
han sabido vivir a costa de los chicos de España, ¿no?
Las prebendas
y demás mamandurrias han llegado hasta nuestros días, a pesar de ello no han
tenido suficiente, han entrado en el círculo de la corrupción… la subvención
era poco para ellos. Y nosotros que somos gilipollas, les mantenemos. Y
nosotros que somos tontos de remate, autorizamos leyes que les dan privilegios
y calidad de intocables hagan lo que hagan. Hemos sido nosotros, a través de
políticos felpudos y babosos, los que les alzamos a una dimensión semidivina
hasta que llegan a creérselo. Les hemos servido en bandeja de oro una vida con
pulsera de todo incluido para siempre, a los viejos reyes y a todos sus
herederos por razón de sangre, aunque todos debiéramos ser iguales ante la ley
y la sociedad. Todos debemos rendir cuentas de nuestros actos ante los demás y
la justicia, pero claro está, para eso las leyes deben ser justas y
transparentes, y ni lo uno ni lo otro. Los delitos no entienden de rostros ni
de títulos, los actos delictivos son eso, delitos, los cometa quien los cometa
y según el código penal están o deberían estar penados con tal o cual castigo,
sanción, etc.
Este es un
ejemplo más de que de tener una democracia, que tampoco, sería una democracia
amañada para dar cabida, a la fuerza, a estas anomalías sociales, vecinales y patrióticas
que adulteran el clima social de normalidad y justicia. La monarquía nos ha
venido impuesta, igual que otros quieren imponernos una república, o sea, que
algunos quieren destituir al rey para ponernos a un presidente de república,
igualmente con sueldo vitalicio. Yo prefiero que le demos un poco más a la
imaginación, y pensemos en un sistema que no eleve sobre nuestras cabezas a más
herederos de pensiones vitalicias millonarias pagadas con nuestro dinero.
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