Imagen: www.lavozdecordoba.es
Lograron sacar
de muchos lo peor, el aspecto más egoísta de sí mismos, las imágenes del
comportamiento en los centros de compra lo demuestra, la gente abarrota los
comercios de alimentación, se empujan, corren para no quedarse sin carros y sin
productos de alimentación o sin papel higiénico. Los medios con tanto machaqueo
han disparado el sentido de supervivencia del animal salvaje que habita dentro
de cada uno de nosotros, siendo capaces de dejar al lado al humano, al ser
civilizado y educado.
Yo lo venía
diciendo… ¡esto no es normal!, ni bueno tampoco, tantas horas de emisión mono
tema, siempre rondando lo que ellos han querido que sea la principal
preocupación social y colectiva, no es sano para nuestras mentes y deberían
saberlo. Creo que ha sido una campaña orquestada para derribar la barrera del
bienestar, para crear miedo e inseguridad y provocar lo que están provocando:
temor y más distanciamiento, desconfianza del que tengamos al lado o cerca…, de
nuevo fragmentación, que es lo que siempre persigue el poder. De esa manera
jamás tendremos fuerza, poder suficiente para rivalizar con ellos, con los
poderosos.
Le pregunto a
algunos vecinos que han ido en estos días a hacer la compra, y todos me han
dicho lo mismo: es imposible, la gente alocada corriendo de un lado para otro,
metiendo productos en el carro por meter, comprando mucho más de lo que se
compra habitualmente, incluso los mismos que me lo decían, referían que de
alguna forma el ambiente hacía que te contagiara sin darte cuenta y compraras
más de lo que compras otras veces. También hablaban de falta de productos
necesarios o básicos, la gente arramblando, sin ton ni son, con todo lo que
había en las estanterías, ¿nos hemos vuelto locos?
En whatsapp, la
gente con la que me relaciono muestra una preocupación excesiva, la invasión
informativa amañada e intencionadamente focalizada desde que amanece hasta que
vuelves a la cama cada noche, es un arma de destrucción masiva de nuestras
mentes y de nuestro buen estado de ánimo. Si quiere que la gente enferme más
lo van a conseguir, porque la antesala de cualquier enfermedad es encontrarse
el terreno debilitado, algo que se está generalizando por la negatividad que
están vertiendo en nuestras mentes. Por ello, hay que desconectarse, dejar de
oír idioteces que no dejan de sumar mierda al espectro social diario. Hagamos
nuestras tareas, sigamos centrándonos en nuestras obligaciones y hagámoslas lo
mejor que nos sea posible. Cuando nos sintamos resfriados, con tos y algo de
fiebre, quedémonos en casa, reservados, como hacemos cuando pillamos la gripe
cada año y esperemos una semana con paracetamol hasta que pase… no hay otra.
Tanto jaleo
persigue algo de lo cual, tal vez, llegaremos a enterarnos algún día. Quizás
estén intentando colapsar el sistema sanitario mundial para venir a salvarlo
las multinacionales privadas, liberando a los Estados de que se tengan que
endeudar para hacerlos ellos mismos. Esta podría ser la jugada, o que venga el
listo de turno, como aquella empresa norteamericana que le vendió a todas las
naciones del globo vacunas para la gripe A, que tan mortal decían que era, y
que iba a acabar con la vida de la humanidad. Miles de millones de dólares se
gastaron cada uno de los Estados del mundo y las vacunas se murieron de risa en
los almacenes de los centros de salud, sin ser usadas y sin mayor repercusión
en la gente. O sea, que las fake news no son solo las de los usuarios de las
redes sociales, sino también desde multinacionales las difunden con el
agravante de que hacen colaboradores a los órganos de gobierno de las naciones
del mundo. ¿Estamos frente a una fake news que persigue un fin determinado al margen
del interés de la ciudadanía mundial? Cada día que pase, será un día menos para
llegar a conocer los resultados de toda esta invasión contra el bienestar
colectivo y manipulación del mismo.
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