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Cada político
debe considerar el sistema con el que se ha encontrado y protege, como su
tesoro. Hay cantidad de políticos comiendo del sistema tal como funciona o, más
bien, subsiste. Es por ello, que no se atreven a efectuar grandes cambios, tan
solo dan pinceladas que creen un poco de ilusión en la ciudadanía, pero eso sí,
sin que ellos pierdan ni una pizca de sus privilegios. Da no sé qué escuchar a
socialistas alabar la labor de enjuague de la Institución monárquica, cuando a
su vez se dicen republicanos, ¿lo son o no lo son?, evidentemente no, son del
sistema del que sacan sus salarios, los que ellos mismos se asignan sin
consultar a la ciudadanía porque saben que no se les consentiría que se
diferenciaran tanto de la gente trabajadora. Lo mismo le sucedió a Adolfo
Suarez que no nos consultó porque sabía que la monarquía no salía, así que optó
por traicionar la democracia y hacer lo que quiso, como lo quiso, y metieron al
rey con calzador en la votación de la Constitución… ¡Constitución sí, pero con
rey añadido!
Los
ciudadanos, por otro lado, sí que pensamos que para terminar con los problemas
de España, hay que mover los cimientos del sistema corrupto implantado, pero
ello nos llevaría, seguramente, a la caída de la monarquía y del poder
político, la oligarquía que manda en este país. Los políticos no lo pueden
consentir, se niegan a perder su gallina de oro, aquella que les permite
colocar a dedo a cuantos allegados, conocidos, familiares y amigos quieren, en
los puestos que desean, y si no existen dichos puestos de trabajo, se los
inventan con tal de darles un sueldo, aunque no tengan nada que hacer. Es
necesario mover el edificio, vapulearlo como si del mayor movimiento sísmico se
tratase, es tan corrupto, que desde mi punto de vista, esto es totalmente personal,
debiera ser demolido por completo y levantado de nuevo, haciendo nuevos
cimientos y empleando materiales diferentes, por hacer un símil constructivo.
El sistema es
el tesoro de los lobos y los zorros que asedian continuamente al gallinero y a
los corrales de ganado. No quieren que lleguemos a pensar por nosotros mismos
y, mucho menos, que llegáramos a unirnos, pero no para desahogarnos en las
redes sociales, eso les da lo mismo. Ellos temen el ultimátum: o hacéis las
cosas como queramos la ciudadanía, o vamos a echaros literalmente de las Instituciones.
O ponéis fin a la corrupción, malversación y saqueo de lo público, o vamos a
por ustedes y os sacamos del país. La ciudadanía no tiene ni debe estar a las
órdenes de los políticos sino todo lo contrario. Son ellos los que deben estar
obedeciendo lo que la ciudadanía dicte. Somos nosotros y nosotras, los que
ponemos los dineros, pero nunca lo hicimos para que los sinvergüenzas y
ladrones lo robaran y se enriquecieran a nuestra costa.
Los políticos
no legislan de verdad, ninguno se atreve a cerrar la Constitución obsoleta del
78, nadie osa a proponer algo nuevo que se centre en la gente y su bienestar. La
gente está muy condicionada, solo hay que ver a los que dicen monarquía o
república, a pocos se les ocurre que pueden existir formas de Estado que no sea
ni lo uno ni lo otro. No creo que tengamos que tener a un presidente de
Gobierno y otro de la República, ¿dos sueldos vitalicios en lugar de uno? Hay
formas, yo sé una, la que a mí mente viene, pero dejo que ustedes piensen y no
se dejen arrastrar por nadie ni siquiera por mí. Sean ustedes mismos/as, no se
dejen clasificar, no sigan diciendo soy comunista, socialista, republicana,
conservador, de derechas, de ultraderecha. Usted no es un artículo al que se
deba poner un código, una referencia. Usted es energía de vida, inteligencia y
conciencia, usted no es madridista, no es culé, ni sevillista. Usted no es nada
de eso, ni de ninguna religión, ni de ningún partido político, usted está por
encima de todo eso, usted es parte de un todo llamado humanidad, y hay quienes
no nos quieren dejar sentir lo que somos porque en este mundo se están haciendo
atrocidades con parte de la humanidad. Se le está asesinando, destruyendo,
dejando morir de hambre, desatendiendo sanitariamente, se le está marginando en
cuanto a facilitarle educación, formación, tecnología, alimentos, etc. Ese sí
que es nuestro verdadero tesoro, el del poder de la unión como humanidad, que
es el único que puede engendrar un sistema más humano y, claro, eso está reñido
con el sistema de exclusividad capitalista y salvajemente feroz, en el que hay
que competir contra todos para sobresalir y distanciarse por clases,
fragmentando a la sociedad y triunfando sobre la unidad natural de todos los
seres humanos, que jamás consentirían que se nos manipulara como en la
actualidad se está haciendo.