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Desde que se
empezó a comercializar Internet estamos siendo estafados, pagamos por un
servicio que no nos dan, pagamos por la posibilidad de recibir un número de
datos que casi nunca llegan. Hagan test de velocidad y comprueben que nos
venden una conexión totalmente inestable y dependiente de la cantidad de
personas que se conecten a Internet, ¿se imaginan que su coche perdiera
potencia en función de la cantidad de gente que condujera su coche en ese
momento?, pues eso es lo que realmente sucede con Internet.
En los
contratos suelen indicar tantos euros al mes por un servicio de hasta equis
megas de velocidad, pero el caso es que esos megas casi nunca llegan, les
vuelvo a invitar: hagan test de velocidad. Ni siquiera haciendo el test del
propio operador, que podríamos suponer sería el más favorable, alcanza, ni por
asomo, la velocidad que estamos pagando. Además, no son formas de vender,
indicando que te van a dar un servicio de hasta tal velocidad… ¿se imaginan ir
a un súper a comprar una garrafa de aceite de cinco litros, que viniera
embalada en una caja de cartón que anunciara en su etiqueta: Garrafa de aceite
de oliva virgen extra de hasta cinco litros?, de tal forma que dependiendo del
día, de los costes de la fábrica, de los gastos extras que pudiera haber tenido,
envasen aleatoriamente 2, 3, 4 ó 5 litros. Diríamos que nos están engañando,
¿no es así?, pues con Internet está sucediendo eso y nadie pone el grito en el
cielo, las reclamaciones no prosperan, y no lo hacen, porque el Gobierno es
cómplice de la estafa de la venta de datos de Internet.
Las compañías
compran, en función del número de sus usuarios, una cantidad de datos determinados
(subida y bajada de datos al satélite). Que aumentan sus usuarios pues la
velocidad de todos cae, en lugar de adquirir más cantidad de datos para
asegurar el tráfico de datos a sus clientes. La venta de los operadores debiera
efectuarse en función a velocidades de subida y bajada con sus respectivos precios.
Si tú contratas 20 megas de velocidad, cada vez que hagas un test de velocidad,
que te indique esa velocidad, no puede ocurrir que pagues 20 megas y te lleguen
5. No se puede vender lo que no se es capaz de ofrecer a sus clientes y el
Gobierno calla al respecto, por tanto, repito, el Gobierno es cómplice de
estafa a la ciudadanía.
¿No podría el
Gobierno poner un satélite en órbita y dar ese servicio sin coste alguno, o a
precio de coste a la ciudadanía? Después de todo, Telefónica era nuestra, nos
la robaron por intereses de los políticos y de algunos empresarios amigos de
aquellos, los políticos nos traicionaron como tantas veces han hecho cuando
privatizan lo que es de todos. Es hora de despertar y reclamar. Es hora de
poner a los políticos en su sitio. Son nuestros empleados, nosotros les
pagamos, ellos no deben decidir por todos nosotros. Ellos deben estar para
realizar lo que la ciudadanía decida. Ellos no nos representan, ellos se venden
a los empresarios que les suelte pasta. Ellos dan contratos millonarios, a
veces sin justificación y con trampas, a conocidos suyos y a otras personas que
les van a abrir en el futuro las puertas de los consejos de administración de
sus empresas.
Hay que poner
fin a este sistema corrupto, privatizador, que mantiene a una buena parte de la
población sumida en la pobreza para tener algo de qué hablar, para poder
justificar pequeñas cosas que dicen hacer para paliar la miserable situación de
aquellos. Si el Gobierno es como la junta rectora de nuestra comunidad de
vecinos, cómo es que no va en serio a por los problemas, e implanta fórmulas
que den solución a los mismos. ¿Cómo es posible que pasen las legislaturas,
unas tras otras, y los problemas los dejan convertirse en algo imbricado al
sistema? Mucho bla, bla, bla, pero nula efectividad, y de eficiencia ni
hablamos, porque cuando hacen algo pagan por ello el doble o el triple de lo
que el arquitecto o el ingeniero valoró en el proyecto, ¿eso cómo es? 16,5
millones de euros, cuarenta y un día funcionando el hospital improvisado en el
pabellón de IFEMA de Madrid, ¿alguien ha solicitado todas las facturas y
comprobado que todo lo que contengan, se facturó sin abultar las cantidades?,
¿nadie se preocupa de adónde van a parar los dineros públicos?, ¿se puede
saquear continuamente el país y menospreciar el esfuerzo que hacen los
españoles para contribuir con su dinero al bien público?, lo que no quiere
decir… contribuir con las huchas de los partidos, que ya se llevan un pellizco
y es hora que dejemos de subvencionarlos, o con las cajas fuertes de algunos
personajes de la política.
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