Nuestros
políticos se corren a mamporros, ahora dice la señora Monasterio de VOX que el
PP se ha puesto al frente de la paguita bolivariana. Los que vienen de familias
adineradas están en contra de que se socorra a los que poco o nada tienen, como
siempre ha pensado la oligarquía. Ellos pueden heredar, los dineros les pueden
llover a sus cuentas bancarias o a paraísos fiscales, práctica muy común entre
familias poderosas y “patriotas”, que prefieren ocultar sus pertenencias al
fisco, dejando de contribuir con lo que le corresponde al volumen de sus
riquezas. Ellos son los más españoles de esta nación, pero son los que se
llevan los dineros a Suiza desde que Franco era cabo, o adquieren suelo
industrial para construir apartamentos, a pesar de saber que hacerlo es ilegal.
Comprendo que
repartir el dinero de todos se le hace muy cuesta arriba a muchos, pero es
porque todavía no se mentalizaron que nuestro dinero debe ser para socorrernos
y dar soluciones a los problemas que nos afecten. Es cierto que yo mismo no lo
regalaría sin que hubiera un compromiso de hacer alguna labor para la
comunidad. Creo que cobrar cualquier prestación, ayuda o subvención, debe ir
acompañada de alguna tarea de la que nos podamos beneficiar todos: limpieza de
parques, velar para que no se hagan actividades inadecuadas en según qué
lugares públicos, limpiar calles, ayudar a mayores o personas dependientes, hacer
la compra para personas impedidas, etc.
Los bandos son
un atraso, no nos llevan a ningún sitio, no avanzamos debido a las continuas
disputas, a las zancadillas que se dispensan los unos a los otros. Seguimos atascados
entre rojos y azules, algunos en las redes sociales se muestran tan violentos,
que de tener en sus manos un fusil, acabarían con todos aquellos que no
defiendan sus mismas ideas. La comprensión de las ideas de los demás es
necesaria, es más, no solo la comprensión sino el tenerlas en cuenta,
considerarlas, valorarlas, y extraer todo lo bueno que pudieran aportar al
conjunto de la ciudadanía. Muchas personas no están dispuestas a hacer el
esfuerzo de dar espacio a la colaboración de los que hasta ahora vienen
considerando como contrarios o, peor aún, enemigos. Todos debemos proponernos
comprender al otro, y si somos nosotros los que diferimos, con paciencia,
argumentar, desarrollar nuestro pensamiento, pero sin violencia. De nuevo,
tengo la oportunidad de abundar en la necesidad de colaborar, de hacer una
sociedad que colabore, no que compita, no que se oponga sino que reme en la misma
dirección hacia el bienestar de la gente y el progreso del país. Entiendo, que
es eso lo que todos debemos hacer.
Deberíamos
borrar de nuestras cabezas, los de un bando y los de otro, esas tiranteces
históricas, ese distanciamiento superficial porque humano no es tal, para
comenzar una nueva andadura como humanidad. Deberíamos sentir a los demás,
preocuparnos por el bienestar del otro, respetar al otro, amar al otro. Podemos
hacerlo, somos así, somos humanos aunque nuestra programación social y mundial
nos impida percibirnos realmente. Todos quieren lo mejor para sus familias, a
menos que estén mal de la cabeza, pues que tu familia comience a ser toda la
humanidad. Genera pensamientos que englobe a todo el mundo, idea la forma en
que todos podamos vivir bien, sin que nadie se nos quede atrás. Es posible, hay
recursos para todos si las cosas se hacen bien, ordenadamente, organizadamente
y respetuosamente.
Todo esto es
lo que he querido compartir con los de la estirpe elitista, esos que se creen
por encima de los demás. Ha sido un llamamiento a la cordura, al sentido común,
a la generosidad y a la humanidad. Es un recordatorio de que podemos vivir en
paz, sin confrontaciones entre las personas, y de que un mundo mejor es posible
en cuanto nos lo propongamos.
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