No acierto a
entender por qué el rey, el mayor subvencionado del reino de España, ha
decidido intercalar en su “apretada” agenda una visita a lo que debería ser o
significar una vergüenza para él y para todos los gobiernos que hemos tenido,
ni más ni menos, que tener zonas deprimidas, pobres y a su vez importantes
focos de tráfico de drogas. Barrios como el de las tres mil viviendas de
Sevilla, con otros nombres los hay en todas las ciudades de España, por la
incapacidad de nuestros gobernantes de evitar que haya personas marginadas por
el sistema capitalista, neoliberal, muchas veces explotador de personas y responsable
de la fragmentación social.
No entiendo
bien qué persigue la Institución monárquica al venir a un barrio vulgar, bajo,
medio abandonado, habitado por gente muy humilde, delincuentes y traficantes.
¿Quiere hacernos ver que está también con la gente marginada?, ¿cuántos
comedores sociales está patrocinando con el pellizco de dinero con el que le
tiene subvencionado las leyes de nuestros políticos?, ¿para cuántas industrias
ha puesto dinero?, ¿cuántos puestos de trabajo genera al año?, ¿no se
avergüenza de la existencia de conjuntos de población que viven en la miseria?,
¿es absolutamente necesaria su existencia?, ¿cómo choca eso con su vida
elitista?, ¿se puede dormir bien cuando se es cómplice de mantener a personas
sumidas en la pobreza?
Está claro, es
un engranaje del sistema corrupto actual y de siempre. Aquí todo el que ha
tocado poder se lo ha llevado calentito, empezando por su padre, el otro gran
subvencionado. El inviolable, el que según ese simpático código de leyes, el
que nos restriegan una y otra vez diciendo: “somos todos igual ante la ley”, es
una gran mentira. De esa gran mentira son participes todos los gobernantes
traidores que hemos tenido y tenemos y, como no, el subvencionado actual y el
anterior. Es solo una visita, ¡hombre!, no es para ponerse así, solo viene a
ver cómo es una parte degradada de su reino, el resultado de las acciones y
estrategias de un sistema social capitalista mal ordenado e injusto en cuanto
al reparto de la riqueza. Todas las ciudades de España tienen sus barrios
ricos, sus barrios de clase media y sus suburbios. Todos no somos iguales, pero
lo que nos debiera diferenciar es nuestra forma de pensar, no la posibilidad de
llevar y vivir una vida digna. Muchas personas siguen sin poder obtener un
trabajo, y ese es un mal que requiere una solución inmediata porque es algo
prioritario, todos los hogares deben contar con unos ingresos. El Ingreso
Mínimo Vital, que se acaba de aprobar, está bien, pero solo como una medida
temporal, es como un salvavidas que lo lanza el gobierno a aquellos que están
en el mar a punto de hundirse y ahogarse. En ese caso bienvenido sea, pero no
debe servir para que el gobierno relaje su obligación de ser capaz de dar
trabajo a toda la población que esté en edad de hacerlo. De lo contrario, solo
sería un salvavidas para el gobierno, pues estaría comprando votos de estómagos
agradecidos. No se puede untar a la gente sin pedirle un trabajo a cambio,
porque se fomenta el relajo y la economía sumergida, ¿por qué se puede
subvencionar a la gente y no se invierte en empresas para darle puestos de
trabajo para toda la vida sin que estiremos infinitamente el dinero de los
contribuyentes? El gobierno si solo se queda en eso, en dar la paguita a la
gente que no tiene trabajo y lo mantiene en el tiempo sin tener otras
perspectivas de futuro que vayan en el sentido que voy indicando, que persiga
la creación de puestos de trabajo para la población que los necesite, estará engañándose
a sí mismo y engañando al resto de la población. Ya sé que eso no es un
problema para este ni para ningún gobierno, confundieron el arte de hacer
política con el arte de corromperse, saquear y engañar, son los principios por
los que se han regido todos los que nos han gobernado, tarde o temprano han
metido la mano en la caja con la impunidad que les asegura la no división de
poderes existente.
En definitiva,
la élite mantenida con dinero público viene a visitar un barrio pobre de
Sevilla. No sé si ha dado explicaciones de por qué lo hace, cuál es el
objetivo, que seguramente serán dos: el figurado y el real. El figurado debe
ser: tratar de grabar en la mente de la gente, que su rey no les olvida, que
está con los pobres. El real, hacerse la foto para convencer de que lo figurado
es real y que la monarquía tiene sensibilidad aunque se perdone a su padre
todas las fechorías que ha cometido con España y en el nombre de España. Supongamos
que valoramos positivamente el gesto, de acuerdo, y mañana qué, ¿qué habrá
cambiado?, de momento solo se ha producido un gasto público, costear su viaje y
el de toda su comitiva, ¿alguna mejora para el barrio?, ¡imposible!, no puede
hacerlo… hay muchos barrios como ese y peores a lo largo de la geografía
española, ¡sería injusto!
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