Kilómetros por un tubo para venir
a ver a unos amigos a Asturias, patria querida, y como decir lo contrario de
esta maravillosa tierra de costa y montaña. La carretera desde Sevilla, casi un
su totalidad autovía, precisamente la autovía de la ruta de la plata, A-66,
casi no tienes que dejarla en todo el viaje. Una carretera en buen estado, de
dos carriles, y van pasando los kilómetros hasta que a las 18,45 h de ayer
alcanzamos nuestro destino, Valdepares, una pequeña localidad situada en el
término asturiano de El Franco, cercana a Galicia, con fácil acceso a caminos
para la práctica del senderismo, siguiendo el litoral cantábrico, donde
predominan las rocas que forman los acantilados contra los que rompen las olas
de agua del mar.
A distancias cortas, que incluso
se pueden alcanzar andando, llegas a diversas playas, calas en muchos casos,
donde el mar trata de penetrar en la tierra asturiana, entre vaivenes de oleaje
y murmullos susurrantes del golpeteo del mar contra los acantilados rocosos.
Las gaviotas circundan constantemente los precipicios de piedra que miran al
mar, porque es su territorio y donde encuentran su medio de vida. El mar lo es
todo para la gaviota, y el mar sin la gaviota pierde su sal.
Las vistas son maravillosas, la
cámara fotográfica echa humo, para donde mire encuentro un motivo que
encuadrar, da lo mismo una vista panorámica de las montañas, o del mar. Hay
abundante agua y vegetación, es frondosidad lo que te acompaña en los paseos
por Asturias, este es el paraíso nacional; ¡Asturias tierra querida!
Es veinte de Agosto, apenas han
pasado treinta y seis horas desde que abandonamos las tierras de Andalucía, y
dejamos atrás esas temperaturas insoportables, incomodas, y que te condenan a
vivir casi todo el día al resguardo del sol en el interior de las casas, para
encontrar una tierra fresca, respirable, llena de olor y color, con
temperaturas que oscilan entre los 25º de máxima y los 15º de mínima, pero con
una brisa casi constante que te permite sentir la refrigeración natural del
clima propio de estos lares, un total placer en esta estación del año.
Pasamos estos días en una casa
alquilada por nuestros amigos Alberto y Tere, que es el segundo verano que
cogen casa en Asturias para pasar los meses de Julio y Agosto, y de esa manera quitarse del calor agotador del suelo sevillano. Ellos son nuestros
guías, son los que organizan las visitas, las salidas. Ellos marcan el ritmo y
los destinos, y así nos vamos llenando de naturaleza, de vida, entretanto
caminamos, hablamos, subimos y bajamos, porque aquí todos los caminos tienen
inclinaciones, estamos en la montaña, recibiendo vida con cada respiración.
La estancia va a ser cortita pues
tengo otras obligaciones que atender la próxima semana, pero estoy seguro será
inolvidable. Solo llevamos pisando este paraíso unas horas, y pensar en la ida
me entristece de alguna manera, y no lo digo por decirlo, sino que acabo de
experimentarlo. Cuando algo es auténtico, te llega, te cala, y te impregna,
además yo me dejo, me abro y lo vivo, podría decir que Asturias ya es un poco
más yo, y que yo soy un poco más Asturias.
En unos días iré colgando fotos
en un álbum, de mi facebook, en memoria de Asturias, de estos instantes tan
maravillosos con nuestros amigos, y de la estancia tan fabulosa en esta tierra. En estos
momentos no dispongo de conexión a Internet.
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