Debe haberse levantado la veda,
vivo rodeado de campo, y se repiten los sonidos de los disparos de los
cazadores. Pienso como todos los años, cuando esto sucede, en esos conejillos
que salen temprano de sus madrigueras para recibir los primeros rayos de sol
del día y comer esas hierbas frescas de estas primeras horas de la mañana,
cuando de repente lo avista el cazador que encara su arma, destrozándole el feliz
día y la vida al animal.
No entiendo como quitar vidas a
animales inocentes hace gozar a las personas, animales que están en su medio,
que no te atacan, que eres tu el que invade su territorio natural, y el que vas
a destrozar familias de animales. Igual mata al padre, o mata a la madre, y
puede que a muchos jóvenes que aún no han completado su ciclo vital, pero a ti
te gusta cazar.
¿Se imagina el cazador lo que
sienten esos animales cuando son alcanzado por la lluvia de sus perdigones, que
impactan violentamente contra él y se le introducen en el cuerpo, alcanzando órganos
vitales y produciéndole la muerte?, ¡que malito se ha de poner el animal para
arrancarle la vida!, aunque sea casi momentáneamente, ¿quisiera el cazador
experimentarlo en sus carnes?
Esto estaba bien cuando por
circunstancias sociales primitivas, el hombre estaba abocado a alimentarse de
lo que se encontraba a su paso, porque no tenía más remedio ni disponía de
otros recursos; pero no puede el hombre moderno, inteligente, practicar por
diversión tan salvaje actividad, pues ya no somos aquellos hombres de la
prehistoria, tenemos medios comerciales: los hipermercados para comprar
alimentos, sin necesidad de matar a tiros a ningún animal.
Tampoco estoy de acuerdo con el
masivo sacrificio que se produce en los mataderos, no estoy de acuerdo en criar
animales para ser aniquilados, parecemos los nazis, y los mataderos las cámaras
de gas. No estoy de acuerdo en quitar la vida a los animales, ni en comer
animales, por conciencia, son una especie dentro de la cadena de la vida, de un
orden bastante complejo como para que sirvan de alimento y para ser
sacrificados. Sacrificios parece que hacían los barbaros, aquellos pueblos
miedosos de los dioses, a los que tenían que satisfacer ofreciéndoles sacrificios
animales y humanos, ¿queremos seguir siendo de aquel tiempo, o creemos que
nuestra inteligencia ha evolucionado y tenemos mayor conciencia que aquellos bárbaros?
Mientras tanto sigo oyendo los
disparos de aquellos que viven otra época, que dicen amar a los animales, que
si no fuera por ellos no habría ciertos animales porque ellos repueblan cada
año los montes, o argumentan que si ellos no hicieran esa labor de aniquilación
bestial, nos invadirían ciertas especies. Pero no hablan nunca del equilibrio
natural, o del desequilibrio que ellos ocasionan eliminando lo que ellos
quieren, o introduciendo lo que les interesa.
Lo siento pero no apruebo esa
práctica delictiva que te permite portar armas, sentirte superior en los
momentos de portarla, y un ser peligroso para otros seres vivos pacíficos, que
se encuentran en su medio, haciendo su vida, y lo que menos se esperan es que
llegue alguien que está totalmente no sintonizado con la vida, y le va a dar
dos tiros. Y no discutamos con ellos porque no se llega a ningún sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario