Una vez más voy a pedir, desde
esta tribuna virtual, la paz para el mundo, y cuando digo el mundo es fácil
deducir que me estoy refiriendo a la humanidad. Ningún ser que viva sobre la
faz de la Tierra debe vivir con el temor de ser tiroteado, ametrallado o que va
a perecer bajo las bombas descargadas por aviones, etc. Todo esto ha de
desaparecer de la mente de los hombres, debemos de actualizar nuestra
inteligencia y comprender que el horror de quitar vidas, es una salvajada que
debiera de no tener cabida en el pensamiento humano.
Un día tras otro no se puede ni
se debe dedicar a luchar contra otras personas, que no hay nada, ningún ideal
que defender hasta el punto de morir por ello. Siempre se podrán encontrar
puntos intermedios, que satisfagan a ambas partes, sin llegar a la horrible
experiencia de vivir a la sombra del terror y la muerte. En esto tenemos la
oportunidad de manifestar nuestra inteligencia, y tratar de conseguir ese punto
de acuerdo, pues lo contrario siempre será la expresión del fracaso, y como
consecuencia será un acto de error y horror.
Una bala quita la esperanza de un
futuro, trunca la vida y con ello la realización de posibles proyectos. Se
arranca a la fuerza, violentamente y al instante un trozo de esa energía de vida
que somos todos. Se hacen aberturas en el conjunto de la energía que somos
todos, debilitamos el conjunto inútilmente, y de alguna forma esto nos afecta a
todos. Aumenta el dolor, la insatisfacción, la pobreza entre la gente del
pueblo porque otros habrán que estén haciendo su Agosto con la venta de armamento
y otros con sus comisiones.
Los pueblos deben darse cuenta
que siempre existirán agitadores de la guerra, aquellos que no van a ir a ella
pero que si sacarán beneficios en forma de dinero, a costa de miles de muertos,
de grandes perdidas materiales y de la ruina de muchas familias. ¿Cómo seguir
apoyando la guerra, tenga el sentido que quieran algunos que tenga?, no dejarse
engañar, no coger las armas, que la hagan los agitadores, veréis como ellos si
que temen por sus vidas y no luchan. Ellos sirven para agitar al pueblo, para
que enfurecido se dirija a morir o a matar, para que el pueblo haga el trabajo
sucio por ellos, mientras ellos bien escondidos sacan partido de sus intereses
particulares, bien sea en forma de dineros relacionados con las armas, bien por
quedarse con recursos de los territorios conquistados.
De cualquier forma, todo esto no
justifica ninguna acción criminal, el hombre ha de distinguirse por su
inteligencia y capacidades en pro de una vida mejor para todos, incluido
nuestro planeta. Sin ello, solo tendremos destrucción más temprana o tardía,
donde no se cuida lo que tenemos sino que se juega a destruir, al final solo
nos queda esperar la desaparición. Parece que hay demasiada gente “ciega”, “sorda”
y por supuesto sinvergüenza, incivilizada y sin conciencia alguna del prójimo.
Esto es lo que da lugar a que tantos pueblos en el mundo estén envueltos en
conflictos bélicos.
Hay que poner fin a esto, dónde
están los organismos que debieran de velar por la estabilidad y la paz. El
problema no se arregla con dar un premio anual a alguien, y con tener asegurado
el trabajo manteniendo una mentira y un incumplimiento de sus funciones y deberes.
Hay que ser más íntegros, hay que ser más hombres, más humanos, y parar el
horror de las guerras. Hay que dejar de provocar conflictos para vender
armamento, que la guerra no es un juego virtual donde las muertes son falsas, aquí
son reales, ¿Se imaginan sus cuerpos atravesados por proyectiles, qué se debe
sentir?, ¡ya está bien!, hay que poner fin a toda la turbidez que rodea los
intereses de la guerra.
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