Enciendes el televisor y en
cuanto comienzan las noticias, asistimos al repertorio de noticias trágicas,
sobretodo, las provenientes o referidas al mundo árabe-judio, se suceden las
atrocidades, los cadáveres y la gente ensangrentada en Egipto, Siria, Líbano,
Irak, Israel, y Palestina. ¿Cómo es posible que estos países no sean capaces de
salir de esa espiral de desolación y crímenes?, ¿qué pasa en el mundo árabe,
por qué no pueden respetarse?, ¿por qué medio mundo se pelea con el otro medio?
¿Qué hace falta para que los
agitadores de las masas, y las masas mismas, se apacigüen?, tanta atrocidad no
hace más que sumir a las poblaciones en la pobreza más absoluta, porque el
gasto en armamento se dispara, y la renta por habitante desciende, ya que estos
países hacen el agosto con las comisiones de las transacciones de artefactos
asesinos, al mismo tiempo que grandes inversiones. Vuelven a coger comisiones
con las adjudicaciones de las empresas encargadas de ir reconstruyendo lo que
el juego de la guerra va destruyendo, y esto no tiene fin.
En estos países, según nos llega en
las noticias, el respeto a la dignidad de las personas está casi perdido,
suelen sucederse los golpes de Estado, gobiernan los militares, la democracia
no ha venido, se ha ausentado, y la represión de las personas que traten de
protestar o manifestarse, puede acarrearles la muerte. Este lado del mundo es
salvaje en cuanto al ojo por ojo, así que van a quedar todos ciegos.
Señores, que no, que no se puede
ir por la vida, en los tiempos que estamos, con ese odio y desprecio hacia los
demás, y sobretodo, contra todos los que piensen diferente. Y lo más lamentable
es que otros países externos, interesado en recursos naturales de aquellos países,
hagan caja con la venta de armamento, aportando palos a la hoguera. En otras
ocasiones, dicen que invaden para restablecer el orden, como sucedió en Irak,
pero lo cierto es que se aprovechan de su petróleo, que era el verdadero
interés, y se retiran dejando un país en una situación desastrosa y lamentable,
de orden nada de nada.
Hay que valorar más la vida, ya
sé que el calor trastorna mucho, pero qué clase de personas dirigen países como
esos, que llegan a ser tan peligrosos para sus vecinos y sus propios
ciudadanos. ¿Aún no se dieron cuenta de que el progreso llega aportando y construyendo,
no haciendo todo lo contrario?, y con el bienestar sucede otro tanto. ¡Déjense
de pelear y hagan hermosos países!, que podamos estar orgullosos y seguros el
resto de los humanos.
Lo que no puede la humanidad es
cargar con todo ese peso, porque lo que sucede allí nos repercute, de alguna
forma, a todos; pues la humanidad es un ente compacto de vida manifestada en
una forma concreta, y debemos de caminar juntos, compartiendo los avances,
aportando conocimiento, investigación, uniendo fuerzas que hagan posible el
progreso como especie. No se puede mantener por más tiempo esta forma retrograda
de comportamientos, porque no ayuda en nada a nadie, nos remonta a las culturas
belicosas de la antigüedad, donde parecen estar enclavados esos países de
oriente medio, y de donde parecen no saber, o no querer, salir.
Los abuelos ya vivían de esa
manera, los padres la repiten, los hijos siguen en la brecha, los nietos se van
preparando, pero bueno, qué pretenden, a dónde quieren llegar, ¿esta es la
mejor forma de vivir, o la única que conocen?
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