El papel está en blanco y es una
responsabilidad escribir, rellenarlo, sobre todo cuando se va a compartir,
cuando otras personas van a tener que emplear parte de su tiempo leyendo. En
este momento siento esa responsabilidad, pero escribo y no se porque lo hago,
me gusta, me hace sentir más cerca de las personas, tener un vinculo con ellas.
Muchas veces reflexiono
escribiendo, otras veces “vomito” en el papel, algunas veces sirve como terapia
para darme cuenta de ciertos aspectos de mi personalidad, de mi programación,
etc., sea como sea, necesito volver una y otra vez a compartir, a sentir el
placer de sentirme escritor, solo dicho porque el escribe lo es. No aspiro a un
premio de ninguna clase, sino a conocerme mejor y de paso hacer participes a
otros de mis inquietudes. Todos tenemos inquietudes que son muy parecidas, en
ocasiones tienen sus peculiaridades, pero al fin y al cabo nos encontramos en
la misma rueda, no lo pongamos más difícil, no tratemos de pelear entre
nosotros, las fricciones no nos pueden alejar de nadie porque nadie puede
escapar al espacio-tiempo que nos contiene. Al contrario, tenemos la
oportunidad que se nos brinda del entendimiento y la colaboración para alcanzar
los grandes logros, aquellos que podemos conseguir aunando las energías de
todos.
La vida ha tendido a una aparente
individualidad, cada cual y su familia, la gente ha creado la idea mental de
que pertenece a un circulo pequeño, pero no es así, todos somos un circulo
grande viviendo en el mismo momento, todos igual de importantes, todos con los
mismos derechos, todos con el mismo fin queriendo ser seres felices, no
enfermos y de paso con una economía saneada. Estamos de acuerdo, todos
aspiramos a una vida parecida, al menos con objetivos similares como los
expuestos, pero estamos luchando con el resto, discutimos, nos enfadamos, les
calificamos, les criticamos y ese no es el camino, el camino es la unidad, la
integración amorosa, la cooperación entre todos con el amor sincero, con el
verdadero deseo de ayudarnos, creando entre todos el sistema de vida pleno para
todos, aprendiendo con humildad de aquellos que más saben, escuchando con
respeto, tratando de profundizar y reflexionar sobre quienes somos, dándonos
cuenta de cómo hemos llegado a ser como somos, que no hay nada de malo en ello
pero siempre se puede mejorar para el bien propio y de la colectividad.
Cada día podemos ser mejores, ser
más conscientes de nuestros actos, brillar cada día un poco más, amar cada momento, amar a cada
persona, amar a todos los animales, a todos los seres vivos, disfrutar de cada
situación, aprender de cada momento, tener ese estado de apertura necesario
para vivir, sentirnos libres de los miedos mentales y programados. El miedo nos
condiciona fuertemente y un ser sin miedo no es domesticable, que es lo que el orden
confuso social está haciendo con todos los ciudadanos, nos someten en los
trabajos, en la calle, en las casas, en algunos o muchos casos con normas o
imposiciones absurdas o abusivas porque tenemos miedos y se valen de ello. El
miedo paraliza, nos impide hacer cosas de las que suponemos el final, que
seguramente sería otro bien distinto de haber acometido la empresa de que se
trate; no olvides que siempre nos están dominando porque juegan con nuestros
miedos; desembaracémonos de ellos y seremos seres libres.
Miremos hacia adentro, cuando
tengamos tiempo libre, para poder abrazar la vida, no olvidemos de hacerlo muy
a menudo, reconvirtámonos simplificándonos a ser quienes somos en lo más
profundo.
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