El
Papa está en cuba y se ha entrevistado con Raúl Castro, hermano de Fidel. Raúl
Castro aprovecha su discurso para declarar inmoral e ilegal el embargo de EEUU
sobre la isla. A su vez, el Papa dice emocionarse con la situación que viven
los refugiados procedentes de Siria, Afganistán, etc. Sin embargo, ha volado a
cuba en lugar de haberlo hecho hacia donde están bloqueados los refugiados.
Mejor hubiera sido pelear por los que están abandonados y en tierra de nadie,
que hacer una visita diplomática a Cuba, y abogar por el restablecimiento de la
normalidad entre EEUU y Cuba; al menos, es más prioritario luchar por los
refugiados.
Yo
vería el papel cristiano y humano, más auténtico, si es viajar para ponerse al
frente de los miles de refugiados, y pedir con ellos que se abran las fronteras
para dejarles pasar y continuar el camino hacia los destinos que cada familia
haya elegido. También sería igual de válido ir a llevárselo consigo al Vaticano,
que tienen riqueza como para paliar la situación de todos los que lo necesiten,
pero ha elegido el viaje a Cuba.
El
embargo se efectuó hace casi sesenta años y no toca, en estos momentos tan
complicados, pedir por la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba,
que, dicho de paso, está muy bien; pero ahora hay un problema mundial de primer
orden. Digo mundial, porque directamente o indirectamente, casi todos los
países han ayudado a incendiar la zona de Oriente. Unos haciendo la guerra,
otros apoyándolas con los suministros de armas, tanto a los de un bando como a los
contrarios. Unos siendo permisivos con lo que pasaba en algunos países, y otros
siendo opresivos con la gente de esos lugares. Al final, se erige el salvajismo
y la irracionalidad, haciendo temer por sus vidas a millones de habitantes, que
son los que ahora y mañana van a venir a Europa, buscando su salvación y el
comienzo de una nueva vida.
Papa
Francisco, esa gente es la prioridad, no atender los deseos americanos de restablecer
el comercio con la isla de Cuba. Al final, lo que se desea lograr es el
negocio. Los poderosos venderán millones de dólares en mercancías al pueblo
cubano, carente de adelantos y de suministros, por haberlos tenido restringidos,
debido al embargo famoso. ¿No será usted tan ingenuo, como para creer que su
visita es de santidad?, perdone, pero yo no me lo creo. El pueblo cubano lleva
casi sesenta años en esta situación y bajo un régimen determinado, ¿qué es lo
que le hace padecer al pueblo cubano? ¿Cuándo entren los productos libremente y
se llenen los comercios cubanos de todo, como en cualquier país, se arreglarán,
por esa causa, todos los padecimientos?
Peregrinar
para que fluyan los productos y se llenen los comercios cubanos, no es la
solución ni es más urgente que dar auxilio a los refugiados. Al menos no lo es
en este momento de la historia mundial. ¿Por qué no ha dado el paso para vivir
con los refugiados hasta que ninguno quede desamparado en tierra de nadie?
La hipocresía alcanza a la
Iglesia cuando se mueven los hilos del poder monetario. Y si las órdenes son
viajar a Cuba para que sigan entrando, poco a poco, en el comercio global de
los EEUU, por imposición de estos, pues allí que va el Papa.
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