No podemos seguir así. Ahora sale
el negociete del piso de Ramón Espinar de PODEMOS. Ya sé, todos confían en lo
que dice Ramón, pero lamentablemente las explicaciones se han parecido
demasiado a las que han dado sus colegas de Parlamento. No se trata de las
cuantías sino del decoro, la ética y la honestidad. No ha quedado demasiado
bien ni tampoco es demasiado creíble lo que le ha sucedido. Si desde el
principio no tenía dinero, pues como dice los cincuenta o sesenta mil euros se
los han prestado su padre, madre y abuela; si estaba con una beca en la
Universidad que era de cuatrocientos ochenta euros, según dice, cien euros
menos que el importe de la mensualidad de la hipoteca… es que no cuadra nada o
es, sencillamente, una locura entramparse.
Yo tengo otra versión: en su
familia quisieron aprovechar el momento de la burbuja inmobiliaria y dijeron
ponemos un dinero para un piso que se pide a nombre del niño, y se vende en
cuanto se pueda y ganaremos una pasta gansa y rápida. Parece ser que ante la
situación que describe Ramón, el contrato con la inmobiliaria daba una opción
al no poder hacer frente al pago mensual: renunciar al piso, devolver las
llaves y recuperar la cantidad abonada hasta esa fecha, pero prefirieron vender
y ganar diecinueve mil euros… especulación, como hacen todos. Si es que no se
libra nadie en cuanto se le plantea, delante de las narices, la posibilidad de
ganar dinero.
Comprendo que puede parecer una
minucia comparada con los grandes negocios, robos y saqueos que otros han
cometido, pero ya digo que no es cuestión de cantidades sino de formalidad,
seriedad, honestidad y no ser corrupto. Si deseamos llegar a tener gente en la
gestión pública que su primer y único objetivo sea el bienestar social, el
progreso de la industria y sus repercusiones positivas para la población; no
pueden seguir personas así en lo público, y lo siento mucho. Seguro que él no
ha planeado este tema, mas cuando conocemos que su padre estuvo implicado en el
caso de las tarjetas de Caja Madrid, y por tanto era relativamente fácil hacer
el negocio hasta sin exponer nada de dinero… lo pagaba Caja Madrid en primer
instancia… nosotros posteriormente cuando socorrimos con nuestro dinero para
sofocar la hemorragia de los bancos y las Cajas. La hemorragia que otros
sinvergüenzas provocaron y que al Gobierno les faltó casta para dejarles donde
siempre debieron quedar. El Gobierno cometió un abuso de poder al dar nuestro
dinero a los banqueros y accionistas de esas entidades privadas, pero en este
país los abusos son normalizados por la acción del tiempo y la ayuda de la
pasividad de la gente y la acción comedida de los medios de comunicación.
Quiero decir con todo esto que
Ramón debería apartarse, tal como deberían hacer todos los que de algún modo
están manchados. Las justificaciones llegan tarde, estaban silenciadas, el
negocio estaba consumado, el dinero en la cartera y como siempre todos sus
compinches le apoyan… esto suena al colectivo PP, socialista, etc. No podemos seguir
pagando gente que mete la pata o muestra actitudes ventajistas, porque todavía
no han tocado poder, pero poco habla a su favor de lo que pudiera ocurrir
cuando estuvieran en puestos claves, expuestos a influencias externas. Él pudo
decirle a su padre, que presupongo es el verdadero autor del negociete: “papá
yo no firmo ningún contrato a mi nombre, yo no tengo dinero para comprar un
piso”. Hay que ser responsable de sus actos, no vale aquello tan frecuente de
yo no sabía nada… yo solo pasaba por allí y me endosaron un piso… eso no vale.
Tal vez, no se realizó nada de manera ilegal, pero está claro que fue una
operación especulativa e irracional si no tenía salario suficiente para pagar
la hipoteca. No se puede ir por el mundo de una manera ventajista cuando
pretende dedicarse a la gestión pública.
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