Si uno aparta su mente de los
principios convenidos y tomados por normales, por ser los más repetidos por la
gente, comienza a imaginar que hay otros principios que facilitan que las cosas
sean bien diferentes. Cuando uno se atreve a soñar, que es de lo que carece
esta sociedad tan programada y estabulada, comienza a vislumbrar proyectos
hermosos y maravillosos para la humanidad. Del mismo modo que ahora todo se
permite dentro de unos límites bien establecidos por aquellos que atesoran
poder, pero ninguno o poco corazón; hay otra forma de hacer las cosas, de
pensar y construir para obtener una sociedad fabulosa donde todos tengamos
cabida. Donde todo se piense o calcule para hacer felices a la gente, para que
todos tengamos lo más imprescindible, para que nadie haga daño a nadie… sí, es
suponer que todos vamos a ser buenos por naturaleza… yo creo que lo somos, pero
la educación de cada cual tiene mucho que decir en ese aspecto. Claro, que para
educar ha de tener uno principios y haber sido educado adecuadamente, haber
sido uno educado en el respeto hacia los demás y hacia las cosas de los demás.
Es posible amar a la gente. Es
posible crear una sociedad donde las cosas funcionen no por intereses
económicos. Es posible un mundo igual para todos, de hecho si solo había un
Planeta, era un lugar igual para todos, pero algunos hicieron una carrera por el
poder y la dominación, al mismo tiempo que otros la hicieron por la sumisión.
Pero no quiero tocar este aspecto que parece que solo se puede arreglar
arrebatando el poder al que lo tiene, y caería en extremos belicistas… algo que
no me interesa en absoluto, ¡ojalá todas las armas fueran de chocolate! Un
mundo diferente es posible en cuanto a las personas les comiencen a interesar
sus semejantes, pero no para servirse de ellos sino para hacer un proyecto común
con ellos. La clave es darse cuenta de que estamos todos encerrados aquí por un
tiempo determinado, y podemos hacer dos cosas: construir para el bien de todos,
sentirnos todos bien, felices, tener todo lo necesario, o soportar los envites
de una parte de la población insatisfecha e infeliz, pobre, hambrienta y
sedienta. Pero no hay que reaccionar por miedo a esa pobre gente, sino porque
somos humanos, sentimos el amor y debemos querer lo mejor para nosotros, pero
también para los demás.
Cada uno de los planos de la
sociedad es factible de ser transformado en algo mejor, estoy seguro de ello.
Solo hay que proyectar con la mente limpia y siempre pensando en los demás y en
el conjunto de la humanidad. ¡Es pan comido! Todo comienza en casa. Vamos a
empezar por arreglar uno a uno cada país, para posteriormente, poder proyectar
entre todos. Vamos a mentalizar a la gente de cada tierra, para poder alcanzar
los valores necesarios para creer en un cambio real de la vida y de la
sociedad. Tenemos a la globalización pero sin principios, y eso vuelve a ser
muy peligroso para la humanidad, porque siempre atiende a las reglas del poder
y no del amor. Puede parecer una cursilería, algo no entendible en nuestros
días, pero lo veo con claridad y por eso insisto… “no hay futuro que satisfaga
a la gente con el egoísmo actual que manifiestan muchos”, “no hay felicidad si
persisten la falta de valores y el desamor actual” Ustedes digan cuanto
quieran, califíquenme como mejor les parezca, pero ya verán, si nos da tiempo,
que terminaremos con todo: con el aire que respiramos, con el agua que bebemos,
con los alimentos que comemos. Seguirán las guerras, los engaños, las
manipulaciones, la corrupción, el odio, los asesinatos, la pobreza, la
hambruna, la gente huyendo por miedo a morir, por no tener medios para vivir,
etc.
Hay que hacer muchas cosas, pero
son relativamente fáciles en cuanto el amor está presente. Hay que desear lo
mejor al otro. Hay que desear trabajar codo con codo con los demás, libre de
intereses, para poder acometer proyectos mayores e importantes. Hay que atender
las necesidades de los que menos tienen, para que ellos puedan vivir como
nosotros. Hay que crear una sociedad que sea para todos, en la que todos
tengamos cabida. Esa sociedad ha de estar estructurada de tal forma que nos de
a todos lo que necesitamos, porque hay recursos para todos, en cuanto se
reparte y la riqueza se distribuye adecuadamente, de un modo justo. Lleva el “primer
mundo” años de retraso para presentarse en África, como el gran Continente del
hambre y la pobreza, para sacar a esos países africanos del hambre extremo. Ya
vamos tarde, aunque nunca lo es, como para no permitir más muertes innecesarias
provocadas por la desatención del mundo industrializado y superfluo muchas
veces.
Solo gente que sentimos el amor
por los demás somos capaces de proyectar un mundo que haga feliz a la gente,
dando la vuelta de trescientos sesenta grados al orden establecido. No tenemos
miedo y vemos, o más bien sentimos, que es posible y necesario que ello suceda.
Hay que socorrer a aquellas personas que no tienen lo necesario y mueren, pero
también hay que socorrer a tantos que no expresan el amor, o que no permiten
que fluya por ellos.
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