Hoy, de nuevo, comienzan los
informativos ofreciendo imágenes y contenidos relacionados con las votaciones
americanas. Es el colofón de la cantidad de días y meses hablando de los
enfrentamientos estériles de los candidatos: la Sra. Clinton y el Sr. Trump.
Son estériles no porque sean americanos, sino porque muchas veces, la mayoría de
ellas los debates políticos lo son en cuanto caen en las descalificaciones o se
rallan. Quiero decir que nunca dejan de hablar de lo mismo, sus argumentos son
siempre repetitivos, y cuando terminan vuelven a decir lo mismo como un disco
rallado o un loro desvergonzado.
¿Piensan ustedes que la
televisión americana comenzaría sus informativos con la evolución de las
elecciones españolas? Yo lo pongo en duda, sinceramente, creo que no sería así.
Es como lo siento, no me hace falta pensarlo, algo en mí me dice que no somos
tan importantes como para abrir parrilla con noticias que incumben directamente
a los españoles. Sin embargo, los periodistas de aquí o sus jefes, deben creer
lo contrario cuando dedican los diez primeros minutos de los telediarios a
informar sobre el avance de las votaciones americanas, sin contar con las horas
de emisión en las que abordaron las campañas y los debates de Clinton y Trump,
a lo largo y ancho de los cincuenta Estados norteamericanos.
A mí, personalmente, no me
importa ni me interesa, tenemos problemas urgentes por resolver en España y no
se les dan la difusión necesaria. Tampoco se mojan los periodistas porque no
tienen permiso para opinar, y pueden poner en riesgo su seguridad laboral.
Entonces, tengo que pensar que los dueños de las cadenas y medios de
comunicación obedecen a intereses desconocidos por la población, para que
obvien los asuntos importantes del país y recurran a llenar páginas y discos
duros con la información americana. Actúan como seres sumisos, a modo de parias
a las órdenes de aquellos que mandan o tratan de imponerse. EEUU siempre ha
pretendido ser el papá Estado de todos los Estados, el Estado mayor, el más
fuerte, la potencia más poderosa, el hermano mayor, y con todo ello se mete
hasta en la cocina de los demás: espía las comunicaciones telefónicas, las
redes, impone tratados y bases militares… compra voluntades mientras se
enriquecen sus empresas, y con ellas América.
Últimamente, los medios están un
tanto raros, llevan varios días ofreciendo estadísticas de los posibles
resultados electorales, como si hubiera elecciones en España. Habían gastado un
dinero en encargos demoscópicos y había que difundirlos aunque todos se habían
adelantado a la jugada, señal de que nadie se esperaba el giro repentino del
PSOE, y todos presagiaban terceras elecciones. Habían empleado un dinero en los
estudios y las consultas a los electores españoles, porque el estrés y las
velocidades se imponen al sentido común y al bienestar de la gente. Hay que
correr y ofrecer los datos antes que los demás, ¿para qué sirve una información
de algo que no va a suceder?, pero ellos saben para qué la difunden, todo tiene
su por qué. Ellos siguen trabajando en el mismo sentido o dirección deseada por
los poderosos. Les dicen a todos los españoles lo que puede pasar de haber una
legislatura corta. Le están metiendo miedo al PSOE cuando hablan de que
cosecharían aún peores resultados, debido a su fractura interna. Están
reafirmando los resultados y el Gobierno de Rajoy, cuando dicen que hay muchos
más españoles que lo apoyarían. En definitiva, están haciendo bueno algo que
tan podrido está y tan corrupto es. O sea, que ahora comprendemos que o están
locos cuando ofrecen esta información a destiempo, o pretenden manipularnos una
vez más. Es evidente lo segundo… siempre nos manipulan, y no es nada que tenga
que ver con teorías de la conspiración, sino con hechos evidentes.
El remate de los informativos es
el pesimismo vertido en los salones y salitas de los hogares españoles: la
violencia de género, el violador, el autobús que volcó, los ciclistas que
fueron atropellados, los dos vehículos que chocaron de frente, el conductor que
conducía en dirección contraria en una autopista, las niñas violadas, las victimas
del terremoto, los que perecieron por la explosión del gas o la inhalación de
humo, las bolsas que se desploman, el drama de los refugiados, las familias que
son desahuciadas, el escolar que se suicida, el fin de la hucha de las
pensiones, etc. Los medios repiten las noticias que les ofrecen, las que se
enteran y las que le dejan decir, pero se echa de menos la lucha en pro del
bienestar de todos, que debería ser objetivo esencial de cada uno de los
miembros de la comunidad. Hay muchas otras cosas de qué hablar, qué hacer o qué
proyectar para mejorar socialmente, pero no hay permiso para hablar de ello. El
morbo se ha apoderado de los medios de comunicación, porque entienden que lo
morboso vende, pero mientras se da esa información se deja de dar otra que
mucho podría hacer para que la gente pensara, algo prohibido por los que
quieren manipular poblaciones; mejor que estén atontadas esas poblaciones, así
les facilitan la maniobra.
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