Cada acto que se celebra da lugar
a críticas, ahora lo candente es el acto de inauguración de la nueva
legislatura. El motivo para sacar punta al ideal político del país son las
reacciones de la izquierda. La derecha encantada con tener un amo al que servir,
pero la izquierda ha estado más en su sitio, no se doblega ante el rey. La
izquierda siente que el ciudadano Felipe, como gusta llamarle a Alberto Garzón,
le ha venido impuesto sin someterse a ninguna votación, jamás se ha presentado
tal señor a ninguna elección. El rey vino impuesto en el paquete
constitucional, o se votaba Constitución con él añadido, o seguíamos con las
políticas franquistas. Así se nos presentó el señor Cañamero en el Parlamento
con su famosa camiseta, en la que se podía leer: “Yo no voté a ningún Rey”. Es
que es verdad, jamás se ha celebrado un referéndum en España para que la
ciudadanía se manifieste al respecto, si quiere a la monarquía, o prefiere una república.
La izquierda, por lo general
republicana, no salió a recibir a sus majestades, no se levantaron a aplaudir
el discurso del rey y no asistió al pase militar, sencillamente, porque son
actos accesorios y no relevantes en el mundo social y político del país. Pero
Sobretodo, porque no cree la izquierda que nos tengan que imponer a nadie como
Jefe de Estado, y menos que esto sea un cargo relevante mantenido por todos,
que cuesta muchos millones de euros al año, en claro ejemplo de agravio comparativo
hacia el resto de la ciudadanía, que solo por haber nacido en tal o cual
familia se aseguren una sucesión permanente. La izquierda lleva muchos años
pidiendo que se le consulte a la ciudadanía con un referéndum legítimo si
quiere o no monarquía. Por tanto, no se les puede acusar continuamente de
desaire a sus majestades, pues son coherentes con lo que piensan. Rafael
Hernando del PP aprovecha para llamarles payaso por haber hecho una actuación
circense, pero el circo lo montan ellos y los que piensan como ellos. No se da
cuenta el señor Hernando que toda esa muestra de peloteo y sumisión, el besamanos,
el desfile militar, etc.; eso si que no viene al caso… ¡eso si que es circense,
señor Hernando!
¿Han oído ustedes al rey en estos
últimos años pidiendo algo para el bien de la gente que estaba perdiendo los
trabajos, las viviendas, que se quedaban sin prestaciones o contra la terrible
corrupción que hemos estado padeciendo? ¿Alguna vez han oído ustedes al rey
tomar una tribuna, por ejemplo la del Parlamento, para reprochar al PP la
conducta salvajemente delictiva que han tenido hacia el pueblo español? ¿Verdad
que no le han oído? Porque hay un convenio para que todos los vividores
mantengan sus puestos, así todos viven a costa del Estado, que somos todos nosotros.
No se acostumbren a alejar el Estado de cada uno de nosotros. El Estado somos
nosotros, lo mantenemos nosotros y solo debería tener un fin: gestionar la
decisión del pueblo para progresar y mejorar el bienestar general. Sin embargo,
el Estado se ha convertido en la cueva de Alí Babá y algunos cientos o miles de
ladrones que están saqueando continuamente las cuentas públicas. El rey lo sabe
como cada uno de nosotros, es el Jefe del Estado y lo consiente, ¿para qué nos
sirve el rey?, deduzco que el rey tal como Rajoy y otros muchos altos cargos de
la nación son cómplices de lo que sucede en este país; de lo contrario que
salgan, día sí y día no, a denunciarlo públicamente. La casa real lleva
cuarenta años viviendo de gorra a costa de todos nosotros y no nos sobra el
dinero, por el contrario nos endeudamos cada día más… ¡Rajoy, ahí tienes una
buena partida para recortar! ¡A ver si tienes lo que hay que tener!
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