Viajar con todos los gastos
pagados, un todo incluido por ser de la Casa Real, un modelo de personas que
vienen a decir a la sociedad española que no todos somos iguales, que unos
tienen que trabajar para mantenerse y otros nacen para ser mantenidos de por
vida con el trabajo de los demás. Que unos nacen con sangre roja y otros, a
pesar, de tener también la sangre roja, dicen ser de sangre azul. Infantes
cuando más pequeños, príncipe un poco después y rey al final cuando heredan el
título real. En este caso heredó el título el varón, en una nueva muestra de la
España que hace diferencia de géneros, puesto que la mayor es su hermana Elena,
a la que le correspondería haber sido reina de España, pero todo se acomoda
para que legalmente el salto a pídola sea lo adecuado, dando una patada en el
trasero al sentido común y al derecho de la mujer a ser igual al hombre. Si una
sociedad se cimenta en la conveniencia y en la manipulación desde sus orígenes,
es una sociedad fundamentada en la mentira, que es lo es esta sociedad. Una
sociedad de vividores asentados en un sistema blindado de privilegios, en la
que tienen comprada a la justicia para asegurarse la impunidad de todos los
actos delictivos que muchos de clase alta cometen, haciendo leyes imperfectas a
propósito para permitir que escapen del castigo los de la organización criminal
y todos sus amigos y familiares, lo que sucede es que a veces es demasiado
descarado y hacen unos pases por la cárcel para terminar dejándoles comprar su
libertad bajo fianza.
¿Qué se debe sentir de saber que
se tiene a todo el mundo a sus pies?, esto es lo que deben sentir los miembros
de la realeza, la de aquí y la de cualquier parte del mundo. ¿Cuánta gente se
pega a la realeza y hace negocios por influencia, por conocimiento y amistad de
sus componentes? Y para seguir con el todo somos iguales ante la ley, que ya
pronunciara en un discurso el rey Juan Carlos I, habría que recordarle que la
figura del rey es inviolable, según la antigua Constitución de 1978, que tanto
adoran algunos y que tanto miedo tienen a modificarla, pareciese que le fuera
la vida en ello. O sea, que el rey puede hacer lo que le venga en ganas y no se
le puede denunciar, llevar ante los tribunales, enjuiciarle, etc., ese es el
todos somos iguales ante la ley… menos él.
No tengo nada en contra de la
familia real, como personas, pero me gustaría que tuvieran las mismas
preocupaciones que el resto de mortales, que tuvieran que trabajar para vivir y
que no disfrutaran de ningún privilegio sobre el resto. Por supuesto, si
hicieran un viaje de representación de España, acudir a un acto oficial, etc.,
habría que pagarlo, pero no una asignación mensual constante y forzosa. Ellos
se deben sostener como el resto… con el sudor de su frente, porque cuando Jesús
dijo esto, no recuerdo que dijera: viviréis con el sudor de vuestra frente, excepto
los miembros de la Casa Real. Ya no estamos en la Edad Media y los reyes solo
se ven en los tableros de ajedrez, así que deben cambiar las cosas, modificar
las leyes y excluir de las prebendas y privilegios a esa Institución, a la
Iglesia, a las asociaciones que promueven el franquismo, el fascismo y cualquier
forma de hacer daño a los animales o a las personas.
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