En esta sociedad hacen falta
ciertas cosas básicas y necesarias para que la cosa marche: en primer lugar,
que los gobernantes hagan un uso honesto del dinero de todos los españoles. En
segundo lugar, que los políticos en general vigilen atentamente a los que
gobiernan. En tercer lugar, que entre todos los políticos tienen que hacer
propuestas para conseguir el pleno empleo. En cuarto lugar, el modelo de país
ha de ser moderno, industrializado, productivo y con un alto nivel de
investigación, que dé como resultado patentes innovadoras que se puedan
explotar o vender. En quinto lugar, la justicia y los cuerpos de seguridad han
de tener tal grado de independencia que puedan actuar sin reparos y con
celeridad contra cualquier miembro del Gobierno o político que antes haya
ocupado algún cargo relevante en el país y que esté envuelto en algún acto delictivo,
caso de corrupción, etc. En sexto lugar, las leyes han de ser reestudiadas para
evitar las lagunas y grietas por donde se suelen escapar los delincuentes
adinerados que se apoyan en los mejores abogados para que le libren de la
cárcel e, incluso, de ir a juicio, o en cualquier caso de que tengan la pena
más reducida posible.
Hay que exigir la devolución de
todos los dineros que son de los españoles y españolas. Hay que examinar las
operaciones que se han realizado desde el año 1975 hasta nuestros días. Hay que
eliminar la prescripción de delitos con carácter retroactivo, al menos desde
esa misma fecha, en la que comienza la andadura preconstitucional tras la
muerte del dictador. No digamos, entonces, los dineros dados a los bancos y
Cajas en los últimos años con los gobiernos del PSOE y del PP, que han sido
algunos centenares de miles de millones. A nadie parece importarle este extremo
que es gravísimo, cientos de miles de millones, que nos podríamos quitar gran
parte de la deuda, o seguir como estamos en cuanto a la deuda, pero se podría
remediar de inmediato el problema de las pensiones, algo que nunca debió
suponer un problema, si no hubiera sido por la pésima gestión de nuestros
gobernantes. Hay que terminar con la inviolabilidad de la persona del rey,
porque como un ciudadano más ha de atenerse a cumplir las leyes, porque en un
país democrático todos deberíamos ser iguales ante la justicia. La monarquía se
debería someter a referéndum real, sin manipulación del software ni cosas por
el estilo, hay que conocer si el pueblo de España está dispuesto a seguir
pagando todos los gastos de una familia por llevar el apellido Borbón. Hay demasiadas
cosas por hacer, pero de momento nuestros políticos disfrutan de sus vacaciones
antes de volver al circo del tú más, el vuelo de platos en todas direcciones y
los pactos con zanahorias… ¡esto es lo que hay!, en justa correspondencia a la
falta de moralidad, ética, integridad y el alto grado de sometimiento y cambio
de ideales que muestran muchos políticos españoles. Estarán haciendo mucho,
pero los resultados no los veo o son demasiado lentos: la gente sigue sin
trabajo o con trabajos basura, salarios de pobreza, temiendo a la factura de la
luz y a que lleguen los impuestos porque ese mes se pasa canuta. La gente es
desahuciada y los ricos o los fondos buitres son los que siguen enriqueciéndose
a costa de la sociedad española. La impunidad se mantiene en niveles
insoportables, la gente no confía en los políticos y mucho menos en los del PP.
La izquierda en lugar de unirse en un frente común, algunos inventan un nuevo
partido para hacerle el juego a la derecha que le queda muy agradecida. Hace
falta menos egoísmo y arrogancia, hace falta trabajar más y asentar bases
totalmente enfocadas en la ciudadanía para solucionar los problemas de la
gente.
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