Hemos tenido gobiernos que se han
servido del sistema, que mantenemos todos, para sacar provecho en beneficio
propio. Han encontrado funciones públicas rentables que nos hicieron ver que no
lo eran, para externalizarlas o privatizarlas, casualmente, haciéndolas caer en
los brazos de conocidos, amigos y donde, casi siempre, había cercano alguien
que pertenecía al partido del gobierno. Lo ha hecho el PSOE y también el PP,
ambos se han aprovechado de todos nosotros, que al fin y al cabo somos los que
costeamos todos los desmanes de los que nos gobiernan en cada momento. Los
gobiernos que hemos tenido han trabajado y trabajan dando palitas de cal y de
arena, engañándonos muchísimo, dándonos algo y quitándonos mucho. Esto es lo
que algunos entienden por hacer política, los que antes de salir elegidos en
las urnas se han dirigido al pueblo prometiéndoles el cambio, el pleno empleo,
el progreso, la estabilidad, las buenas condiciones laborales, etc.;
posteriormente, en gran medida todo ha sido un engaño, a pesar de que se hayan
conseguido ciertos derechos, porque como hemos visto en cuanto han podido, apoyándose
en el invento de la crisis, nos lo han arrebatado.
Necesitamos grupos de personas
dispuestas a trabajar por la gente, pero no de boquilla, no solo porque lo
mencionen en sus mítines, sino que cada acción suya sea para paliar el problema
de la gente por encima de cualquier cosa; ahora no sucede así, un ejemplo lo
tenemos con el famoso artículo 135 de la Constitución, por el que los
gobiernos, de nuevo del PSOE y del PP, acordaron pagar la deuda con prioridad
al gasto necesario en servicios públicos: sanidad, educación, dependencia, etc.
El negocio de los bancos tiene que estar asegurado, los bancos presionan a los
gobiernos para que se haga lo que ellos quieran y como los gobiernos no
gobiernan para el bienestar de la gente más allá de donde le permiten, pues
ocurre esto, que hacen leyes que benefician las finanzas, los bajos impuestos
para grupos multimillonarios y la impunidad mediante amnistías de los grandes
defraudadores a Hacienda. Simplemente, es una auténtica vergüenza lo que hacen
los gobiernos con los recursos del país, lo venden al mejor postor pero en
beneficio de sus partidos, no de la gente.
Con mamarrachos de este nivel
moral y ético es imposible progresar, y hacer una sociedad que avance y que
cada día incremente el bienestar de la población, porque a ellos eso no le
interesa demasiado, se enfundan los cargos para hacerse famosos, ricos y
asegurarse pensiones de oro hasta el final de sus días. Ellos dicen a
conveniencia qué es compatible con sus cargos y, pasan por las puertas
giratorias como si de niños paseándose en un columpio se tratase. Nos tienen
cogidos por los huevos a todos porque han hecho con sus leyes un Estado de
derecho a su imagen y semejanza, que les permite y blinda sus privilegios, sus
mamandurrias, sus abusos, la impunidad de sus delitos, el control de los órganos
judiciales, el libre manejo de los capitales públicos para malversar como les
viene en ganas, etc., todo un desastre de gestión y manipulación… lo que todos
entendemos por una mafia en toda regla. Yo no veo que cojan el toro por los
cuernos, se centren en un problema y lo solucionen definitivamente, ¿saben por
qué no lo hacen?, porque cualquier solución de las que se nos ocurre a la
ciudadanía, aplicando el sentido común, no se puede llevar a cabo porque ellos
ya han previsto con sus leyes que no se pueda resolver de esa forma, porque les
interesa otra que, tal vez, siga dando el poder a ellos, a los empresarios o a
los banqueros. Somos la base de la pirámide, pero solo eso, la fuerza
trabajadora que mantiene la pirámide, a partir de ahí, ellos dictan las normas,
el qué, el cómo y el cuándo… nosotros acatamos y a cumplir con los plazos, y a
ser posible calladitos estamos mejor.
Hay que revertir la situación, el
poder ha de ser de todos nosotros y nosotras, de la población española, no de
unos pocos y, que no nos cuenten más historias de democracia con leyes
electorales injustas, participación dopados por la financiación ilegal, o que
tenemos la potestad de cambiar las cosas cada cuatro años, ¡no!, porque en
cuatro años, esta gente nos chupa la sangre, nos arruinan como país, como han
hecho en los últimos diez años entre el PSOE y el PP.
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