Menos mal que va pasando la fiesta
comercial del Black Friday. Nos han achicharrado a base de publicidad, todos
los establecimientos comerciales se han anunciado, todos tenían rabiosas ganas
de vender, todos anunciaban grandes descuentos, ¿cómo es posible, tanto margen
tienen los productos, o es que los subieron de precio antes? Si el sentido de
todo este festival de venta es “ayudar” a la ciudadanía en sus compras
navideñas, regalos, etc., por la situación de crisis que padecemos, y los
comercios cuentan con tanto margen como nos hacen ver si no nos engañan, por
qué no dejan de hacer el circo comercial y nos ayudan de verdad, rebajando los
precios durante todo el año hasta que superemos el estado de pobreza en el que
nos ha sumido el Gobierno y sus amigos los banqueros.
Todos sabemos que más que
ayudarnos, son ellos los que se ayudan a sí mismos, revientan el mercado con un
boom, cierto o falso, de súper precios para hacer el Agosto en cuatro días;
porque el Black Friday, que supuestamente se traduce como: Viernes Negro… es
viernes, un solo día, no dos ni cuatro, no una semana. Así que yo entiendo que
es puro negocio, abrirnos la boca, arrastrarnos hasta las tiendas para que
piquemos y compremos algo aunque no lo necesitemos. Total maniobra de
marketing: motivar al cliente potencial para que compre, crearle la necesidad
de comprar en base a los precios. Si tú no necesitas algo y lo adquieres porque
es barato, para ti será caro, un gasto efectuado en algo que no necesitabas… te
han arrastrado. Yo, por eso, ya puede ser el Black Friday o el día de Santa
Rita, o de quien quieras, si no tengo la necesidad de comprar algo, es que no
paso por ningún negocio, no me dejo manipular fácilmente. Comprendo que con
gente como yo el comercio y la industria está aviada, porque no atiendo los
mensajes publicitarios que son netamente ganchos para capturar peces. Lo que
publicitan son medias verdades y esconden lo que ponen las letras minúsculas
que no hay quien las lea, porque te las pasan a toda velocidad por la parte
inferior de los spots y nadie se entera de los pormenores y las consecuencias
de comprar cierto producto; después llegan las sorpresas, las cuotas dobles o
triples, las cuotas residuales o finales que no puedes abonar y te quitan el
coche, la moto, el piso, etc.
Los americanos nos han
introducido sus fiestas y costumbres para multiplicar el gasto de los
españoles: Halloween… disfraces,
regalos, fiestas, dulces, etc. Papá Noel…
se nos junta con los reyes magos y muchas familias no solo regalan el cinco de
Enero sino que también lo hacen el 24 de Diciembre. Ahora el Black Friday, extensivo a cualquier
sector: electrónica, libros, muebles, ropa, vehículos, etc., todos dicen tirar
la casa por la ventana para ayudarte a que gastes tu dinero. La ciudadanía, tal
como están los trabajos y los salarios, tenemos que pensar en cómo administrar
mejor el poco dinero que manejamos, salvo excepciones, y mirar por él, solo
comprar lo básico y necesario… los tiempos no están para tanto Black Friday.
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