Querer poner el mundo a punto es
una tarea de todos, uno solo no puede hacerlo porque se rompe en el intento,
hay demasiadas fuerzas en contra de que todo esté en su sitio. Entre todos sí
podemos hacerlo, pero es necesario darse cuenta de que todos somos imprescindibles
en el proceso de cambio. Me gustaría que fuéramos todos, pero es un sueño,
muchos no están por el cambio, no prestan atención, no están dispuestos a
abandonar el rol que se ha fabricado al margen del ser que es. Las relaciones
son de mentira, se producen entre personajes como en una obra de teatro, no hay
ni una pizca de verdad en el escenario.
La gente trata de informarse, pero… de qué se informa, si la información que
ofrecen es sesgada, se corresponde con la que más interesa en el momento,
recortan, pegan, trocean en definitiva, sacan de contexto, etc., de tal modo,
que lo que parece que dicen no se corresponde con lo que dijeron sus autores.
Posteriormente, la gente va por ahí defendiendo y blandiendo ideas falsas
porque las oyeron en la tele o en la radio. Esas mismas ideas falsas son
motivos de discusiones acaloradas entre amigos, familiares o vecinos; o sea, lo
han conseguido, han dispersado a las personas, las han distanciado, las vuelven
a separar que es el propósito del sistema para que la ciudadanía no pueda
llegar a estar unida y represente un contrapoder que se enfrente al poder
existente o sistema de intereses de algunos.
El mundo no necesita arreglo, lo
necesitamos las personas, somos nosotros los que debemos hacernos más
impecables en nuestros actos, los que debemos y tenemos que aplicar mucho más
amor en todo lo que hagamos. Debemos ser más cuidadosos, tener más comprensión,
tener más tolerancia, ser más flexibles, ser más solidarios, tener mejores
ideas o más buenas, compartir y ayudar, amar más a todo lo que hagamos y a
todas las personas que se crucen en nuestras vidas… así, hasta alcanzar a amar
a toda la humanidad. Cuando logremos situarnos ahí, veremos el mundo sin que
las noticias tengan que seguir contándonos mentiras o medias verdades,
tendremos conciencia de lo que sucede, tendremos una visión más global,
comprenderemos mejor a ese mundo de intereses y estaremos en mejor disposición
de mostrar al mundo nuestro camino al margen de sus intereses. Cuando digo: “al
mundo”, me refiero a esa jauría humana egoísta, la humanidad incluye a la jauría,
porque somos todos, pero cuando menciono la humanidad, me hace pensar en el
conjunto de personas, atendiendo a sus cualidades más nobles, más auténticas,
amorosas y solidarias.
Esta sociedad del castigo, las
sanciones y las amenazas, es la muestra de que la sociedad ha fracasado, no ha
hecho lo primordial… educar. No ha sabido conducir a las personas para que
todos alcancen un nivel adecuado de educación, de ahí todas las terribles
acciones que trascienden por los medios de comunicación. Uno de los problemas
para haber llegado a este punto es la diferenciación de clases, los ricos y los
pobres, los que han podido ir al cole antiguamente y los que nunca pudieron.
Consentir que haya un conjunto de la población en riesgo de exclusión social,
gente que vive sin viviendas, en cualquier rincón, debajo del famoso puente,
con chabolas de cartones chapas o plásticos, sin trabajo, buscándose la vida
como mejor pueden, robando a veces para poder llevar algo a la chabola y dar de
comer a la familia. La sociedad se ha ido forjando sobre la premisa de que los
pudientes dan trabajo a los pobres y, de esa relación, aquellos se han ido
haciendo más ricos. Pero cuando una sociedad deja atrás, sin atender, sin
educar, a una capa social, tarde o temprano se pagan las consecuencias de
haberlo hecho. Tenemos un grave problema de educación que desemboca en la falta
de respeto y valores cívicos, que da lugar a las grandes tragedias: robos,
violaciones, malos tratos, conducción negligente, asesinatos, corrupción,
violencia en general, falta de respeto hacia otras personas, animales o cosas,
prostitución, narcotráfico, robos de bebés, trata de mujeres, etc. El mundo no
necesita arreglo sino las personas, que cada cual se mire hacia adentro y vea
dónde se encuentra.
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